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Entrevista al arquitecto zaragozano André Guiraud Ramonell
2º premio en la 14ª edición en España de EUROPAN, federación europea de organizaciones nacionales que rigen concursos para jóvenes arquitectos
Resumen: Entrevistamos a André Guiraud con ocasión del último premio recibido, segundo premio en Europan, concurso bienal de proyectos urbanos para arquitectos de toda Europa menores de 40 años, por un proyecto de recuperación de un espacio público en la ciudad de Alcoy. Premio recibido junto con sus asociados Paloma Ibarra e Ignacio Company, y con el arquitecto Quentin Gago. Abstract:
André Guiraud (Zaragoza, 1988), estudió arquitectura en la ENSAP de Burdeos y un año en la Universidad de diseño de Fukuoka en Japón. Ha desarrollado su carrera profesional en Francia donde ha trabajado en diferentes concursos para el prestigioso estudio de arquitectura catalán RCR Arquitectes, galardonados con el Premio Pritzker de Arquitectura este año. En este estudio conoció a sus actuales asociados Paloma Ibarra e Ignacio Company, licenciados en la ETSAV de Valencia y originarios de Alicante. Tras esta etapa profesional, los tres empezaron a participar en concursos internacionales con éxito hasta montar su propio estudio de arquitectura en 2016 con sedes en Burdeos y Alicante.
¿Por qué estudiaste arquitectura? Mis padres me enseñaron a apreciar el arte y las ciencias. La arquitectura, reunía ambas cosas a la vez por lo que la idea de estudiar arquitectura surgió pronto, las formas, las proporciones me interesaron siempre.
¿Qué te aportó el año de estancia en Japón? Creo que coincidió con el tremendo tsunami de 2011, este tipo de experiencias tiene que acercar más el arquitecto a la naturaleza, respetarla y apoyarse en sus leyes a la hora de afrontar nuevos proyectos ¿Dé que manera te influyó? ¿Realizaste algún proyecto directamente relacionado con este suceso? Sí, tuve la suerte de poder estudiar y trabajar un año en Japón gracias a la beca Jasso que recibí del ministerio de educación japonés. Conceptos como la relación con el paisaje y el respeto a la naturaleza, muy presentes en la arquitectura tradicional japonesa, fueron de hecho los que me hicieron viajar a Japón. La destrucción provocada por el tsunami puso sin embargo de manifiesto que estas ideas habían dejado de aplicarse en las ciudades y pueblos costeros nipones desde hacía décadas. La costa japonesa está salpicada de piedras, puestas por los antiguos japoneses, que advierten del riesgo en caso de tsunami y sirven para avisar a sus descendientes que se instalen en terreno elevado.Los pueblos que respetaron la sabiduría de esos mensajes sobrevivieron. Tras el desastre, los japoneses se plantearon inevitablemente como reconstruir la zona: En tierras mas altas a un coste mayor o volver a reconstruir tal y como estaba pero con la ayuda de muros mas altos. En ambos casos surgían problemas. Construir más alto es difícil en un país donde 75% de la superficie es montañosa. Se organizaron concursos de ideas para estudiantes de arquitectura, participé en uno de ellos proponiendo una trama urbana organizada con montículos creados a partir de los desechos del tsunami, situados estratégicamente para permitir a la gente ponerse a salvo en altura en un tiempo determinado en caso de inundaciones. Esto dibujaba un nuevo paisaje de parques en altura, donde los habitantes podían disfrutar de las vistas sobre el mar y la montaña. Mas tarde vi la misma idea publicada en una revista hecha por un arquitecto japonés. Mi estancia en Japón fue sin duda una experiencia vital y profesional que me impregnó, que me recuerda que somos efímeros y vulnerables, que me obliga a valorar lo esencial.
¿Es compatible la belleza y el pragmatismo, la razón y la fantasía o la imaginación en una creación? Yo creo que el pragmatismo y la razón son esenciales pero tienen que ir al servicio de la belleza y la poesía. No hay que olvidar que la arquitectura es una de las seis bellas artes y debe interrelacionarse con ellas, por eso mismo considero que el arquitecto tiene que buscar la belleza en cada proyecto.
¿A la hora de emprender una obra hay que plantearse la intemporalidad de la misma? Entiendo que la intemporalidad es sinónimo de modernidad. Los grandes arquitectos han conseguido adelantarse a su tiempo y sus obras seguir sorprendiéndonos. A nosotros nos gustan los espacios íntimos pero abiertos atravesados por los cambios de luz durante el dia, los matices que el tiempo imprime en el material. Entendemos la arquitectura como un elemento cambiante y en constante evolución. Como para un buen Saint Emilion, el tiempo tendría que ser el mejor aliado del arquitecto.
Antes de este premio, ha habido otros premios y otros proyectos ¿Cuáles han sido los más interesantes? En paralelo al trabajo que ejercía en estudios de arquitectura participé por mi cuenta en diferentes concursos internacionales entre los cuales ganamos el primer premio en uno en la laguna de Venecia y otro primer premio en otro muy experimental en la Antártida. En el de Venecia, a raíz de la puesta en venta de la última isla pública en la laguna, surgió un movimiento de protesta muy fuerte y con ella un concurso de ideas para volver a ocupar y reactivar la isla. Este trozo de tierra, tenía un pasado muy potente, había acogido a lo largo del tiempo numerosos usos, desde una base militar hasta un hospital para leprosos. Nuestra intervención se centró en lo que existía en la isla, reutilizando el patrimonio existente y así tener el menor impacto posible sobre la naturaleza salvaje de Poveglia. La idea era abrir la isla a todos los ciudadanos de Venecia. Los edificios que anteriormente estaban cerrados fueron envejeciendo, abriéndose y siendo ocupados por la vegetación. Quisimos continuar esta historia, abriendo el edificio hacia el exterior y dejando que la luz, el aire y la naturaleza entrasen y se convirtieran en la estructura de cada vivienda. Las casas eran como cabañas colgadas entre los muros de la isla, liberando el suelo para hacerlo publico, ofreciendo nuevas conexiones. La intervención potenciaba la relación entre el bosque y la laguna, ofreciendo vistas cruzadas que generaban una nueva relación entre el hombre y el paisaje. L’avenir est un présent que nous fait le passé. André Malraux. En la Antártida, había que proponer un refugio para científicos y desarrollarlo en 24 horas. Así que el concepto debía ser lo mas claro posible. Elegimos diseñar una esfera ya que es el volumen geométrico mas compacto ofreciendo la mínima superficie de transferencia de calor con el exterior, convirtiéndolo en un refugio totalmente eficiente. Nos decidimos por la prefabricación, montado antes de ser transportado, facilitando su construcción y minimizando intervenciones en el lugar. Desarrollamos una triple piel de vidrio incorporando paneles solares que garantizaría la autonomía energética del refugio en verano, ayudado por un generador eléctrico en invierno. Organizado en tres niveles, el proyecto identificaba 3 áreas: en planta baja una zona “ciega” técnica que permitía sentar el refugio en el sitio, actuando como una base y concentrando los elementos pasados. Una escalera central ofrecía acceso a la zona de día con vistas panorámicas sobre el exterior. Finalmente un espacio de noche se encontraba en la planta superior, en la parte mas caliente del refugio, ofreciendo un espacio íntimo para el descanso de los ocupantes. Mientras se ofrecían amplias vistas sobre el paisaje desde el interior, el tratamiento reflexivo de la piel exterior de vidrio otorgaba un carácter muy especial a la construcción, cambiante cada hora del día. Una bola de nieve, cielo y mar como un homenaje al paisaje.
¿Como abordasteis este proyecto urbano de la plaza Al-Azraq de Alcoy? Alcoy es una ciudad marcada por una topografía accidentada configurada por los barrancos y los puentes que unen los diferentes núcleos urbanos. La industria textil, metalúrgica y papelera, que hoy se presentan como un patrimonio industrial de gran valor, aprovecharon la fuerza motriz de los tres ríos situándose en sus márgenes. La plaza de Al‐Azraq, un gran vacío objeto del proyecto, surge tras la desaparición en 1969 del ferrocarril que unía Alcoy con Gandía, puerto de salida de los productos de la industria alcoyana. Situada al norte de la ciudad, la plaza presenta una relevante centralidad. El enorme vacío urbano se inserta en un barrio de altísima densidad residencial, muy próximo a los corredores verdes que jalonan la ciudad. La gran manzana contiene algunas edificaciones como el Cuartel de la Guardia Civil y los antiguos Juzgados al sur, además de dos edificios residenciales de importante altura al norte. Nuestro proyecto propone una nueva estación que rememora el pasado ferroviario del lugar, pero donde hemos sustituido los trenes por el conocimiento y la nueva actividad económica. Éste se resuelve a tres niveles, trabajando un área de espacio público exterior, un área de espacio público cubierto y una edificación de usos mixtos que resuelve la relación con las edificaciones existentes. El espacio público exterior es invadido por unos modulos sobre railes a modo de vagones de tren que acogerán todo tipo de actividades, generando un paisaje cambiante en función de los eventos organizados. La propuesta genera una secuencia de espacios de transición con el espacio público a través de un espacio exterior cubierto, configurado como un paisaje en el que los límites entre el interior y el exterior se funden para potenciar el intercambio y el conocimiento, un punto de encuentro dinámico, flexible y evolutivo capaz de adaptarse a los cambios. La edificación, clara y esencial, busca la máxima transparencia, para así potenciar la relación con su entorno. Además, el proyecto busca dialogar con el tejido de viviendas preexistente, jugando con las medianeras y completando los intersticios dejados durante años. La sostenibilidad se ha tenido muy en cuenta desde el principio integrándola en el diseño del edificio, a través de un juego de cubiertas que absorben la energía solar y recuperan el agua de lluvia. Bajo el parking enterrado, que sirve a la vez de cojín térmico, se extrae energía geotérmica, aprovechando la gran inercia térmica del subsuelo. Esta estación de la innovación es un elogio al pasado pero a la vez un impulso hacia el futuro. Una estación desde la que la innovación y la participación ciudadana viajaran juntos hacia un futuro prometedor. «La ciudad productiva será el espacio que, sin negar la calidad de los espacios que hemos heredado, abra la posibilidad de una nueva organización territorial inédita donde puedan mezclarse las condiciones de habitación singulares, las condiciones de trabajo y las actividades productivas de todo tipo (terciario, artesanales, productivas, logísticas…) en un espacio resiliente, acogedor y abierto». Texto La ciudad productiva de Djamel Klouche.
¿Qué supone este premio para ti en particular y para vuestro estudio? Europan es uno de los premios de arquitectura más prestigiosos del panorama emergente y una de las pocas posibilidades que tiene un estudio joven de conseguir un encargo de escala urbana. Estamos contentos y muy ilusionados de haber recibido este premio ya que supone una oportunidad de cara al futuro. Esperamos que nos abra nuevas puertas tanto en Francia como en España.
¿Qué tipo de proyecto es el que más te gustaría emprender? ¿Cuál sería el encargo ideal? Para nosotros es fundamental poder trabajar con clientes que estén abiertos a la experimentación. A partir de ahí, todos los proyectos independientemente de su tamaño pueden ser únicos desde un museo a una vivienda pequeña.
¿En qué estás trabajando ahora? Recientemente me han seleccionado para el proyecto Via Borneo de la Fabrique Pola, en un edificio industrial en la margen izquierda de la Garonne, en Burdeos, promovido por el Ayuntamiento y la Escuela Superior de Arquitectura, en apoyo a jóvenes arquitectos para ayudarles a desarrollar su proyecto profesional. Serán 10 meses para desarrollar nuestro proyecto de estudio de arquitectura al lado de un equipo multidisciplinar, con apoyo jurídico y profesional en el seno de un espacio lleno de recursos puestos a nuestra disposición para compartir, crear y materializar nuestros sueños.
María Pilar SANCET BUENO
Miembro de AACA y AECA Fecha de Entrega: 24/12/2017 Fecha de Admisión: 26/12/2017 << volver ![]() |
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