Número 25 | Diciembre de 2013
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Entrevista a Rafael Navarro, premio Aragón-Goya 2013
(imagen de portada: Retrato de Rafael Navarro, foto de Pilar Irala))
 
 

Resumen:

Rafael Navarro ha sido recientemente galardonado con el Premio Aragón-Goya 2013, un trofeo que rinde homenaje al trabajo y carreras de artistas visuales. El hecho de que sea un fotógrafo el galardonado en esta ocasión subraya, no solo la aceptación de la madurez de la fotografía aragonesa, sino también que la técnica fotográfica es un medio creativo más de la contemporaneidad. Sobre este asunto y muchos otros se desarrolló nuestra conversación Sobre esto y otros temas hablamos en una larga conversación en su casa el pasado 13 de diciembre, que a continuación resumo aquí.


Abstract:

Rafael Navarro has recently been awarded the Aragón-Goya Prize 2013, acknowledging the work and careers of visual artists. The fact that a photographer has been chosen this year underscores not only the recognition of the great level attained by Aragonese photography but also the social acceptance of photographic technique as a contemporary creative medium. On this and many other isues we talked for long in a conversation at his home, on December 13th, that I have summarized here.

Palabras clave castellano: Rafael Navarro, fotografía
Palabras clave inglés: Rafael Navarro, photography

¿Es tu mayor pasión la fotografía? Sí. Intento sujetarla a veces porque he tenido una vida azarosa. Mi primera exposición en color fue en el Paraninfo, se tituló  A Destiempo(2011)y toda mi vida ha ido así. Cuando era un joven de 18 años vivía la vida de un adulto, iba a trabajar a la fábrica de mi padre, de traje azul con corbata, me casé, tuve 6 hijos…es decir, una vida ordenada. Más tarde me separé y viví mi verdadera adolescencia entre los 40 y los 50. Es decir, he tenido una vida atípica.

Entonces, ¿podemos decir que hubo un momento en que notaste en tu interior que tu camino estaba en la fotografía? Me inicié en la fotografía algo tarde y fue porque buscaba una vía de escape. Mi primer contacto con la fotografía fue a los 13-14 años con una cámara Fowle que me regaló mi abuela. Me gustaba desde el punto de vista técnico. Más tarde a los 17-18 años me compré otra cámara mejor y comencé con fotos amateur de la familia, y mi entorno, etc. Hice un curso por correspondencia que se llamaba AFA y sigo con la fotografía, pero solo como divertimento. En un determinado momento empecé a sentir la necesidad de libertad. Era joven, 30/31 años, pero con muchas responsabilidades y una vida muy ordenada. En esta sensación de necesidad de escape me di cuenta de que tenía conocimientos de fotografía, y tiré por ahí. Si mi pasatiempo hubiera sido otro, ahora me dedicaría a otra cosa. Ahí intervino una casualidad o un evento que marcó mis siguientes años. A finales de los años 70 ya existía una tienda de fotografía IMESA en la calle Costa. En el laboratorio trabajaba José Antonio Duce quien me insistió en que entrara en la Sociedad Fotográfica de Zaragoza (SFZ), también me daba consejos técnicos, etc. Me compré una NIKON, que era como comprarse un Ferrari en aquella época. Así empecé a aprender más de la técnica. En la SFZ aprendí mucho de los socios, sobre todo de los más antiguos. Así es como empiezo a profundizar más y comienzo a presentarme a concursos. Envíe a 4 o 5, pero no solo no me las premiaban, sino que ni siquiera me las seleccionaban. Es decir, que mis fotografías no interesaban. Entonces comencé a investigar qué fotografías se premiaban. Me planteé si hacer fotos que se adecuaran a las que se premiaban o seguir con mis instintos y no presentarme a más concursos. Y esto es lo que hice. A partir de ahí, en los años 70, hice muchos trabajos de muchos géneros como reportaje amateur, fotografía de teatro (Yerma, de Lorca) o ballet (Persépolis, en el Liceo de Barcelona). Hasta que continué con la fotografía artística y ahí vi la luz sobre la que me preguntas al principio. Me di cuenta de que con la fotografía creativa podía decir cosas. Me fascinó la capacidad de abstracción. Puedes expresar cosas sin necesidad de usar ideas concretas. No hay que explicar las cosas. Es un lenguaje abierto.

Como nos explicas, has trabajado en diferentes géneros y tipos de proyecto, pero ¿echas de menos algo en tu camino creativo recorrido hasta ahora? Siempre hay algo, diría que muchas cosas. La vida es una decisión permanente, hasta en las cosas más aparentemente triviales cambian tu vida de forma irreversible. Así que elucubrar sobre qué podría haber sido mi vida no tiene sentido. Creo, además, que hay algo, una fuerza, una inercia, que nos lleva por un camino ya predestinado. Este convencimiento de que las cosas que consideramos más triviales marcan el devenir de nuestras vidas también está presente en mis series. Y defiendo un principio siempre: si un artista es sincero en la producción de su obra pasa toda la vida diciendo lo mismo. Porque tu obra eres tú mismo. Es la manifestación del Yo.

Realizas un trabajo muy instintivo, ¿qué te influye a la hora de inspirarte o crear: olores, colores, recuerdos, lecturas, otras fotografías (tuyas o de otros), cine, música…? Todo. Lo que más influye es la situación, el momento. El escenario, en una palabra.Entonces, ¿la fotografía se piensa o se siente? Siento más que pienso la fotografía, aunque luego pienso mucho en la construcción del discurso. Prefiero dejar las imágenes abiertas y que cada espectador lea de forma libre en mis fotos.

¿Escribes sobre tus propias imágenes? ¿Redactas un proyecto o todo lo tienes en la cabeza y lo dejas fluir? No, nunca escribo. Y además, una de las grandes dificultades que tengo en mi trabajo es poner títulos. Me gusta titular las fotos, a pesar de que esto sea contradictorio porque va en contra de mi filosofía de seguir el código abierto del arte. Pero sí me gusta conseguir títulos sugerentes como mi serie Tientos. Cuando encontré esta palabra me fascinó porque sugiere el acto de tocar, pero también valorar y sopesar, también es una variante del cante jondo, y el palo del pintor para apoyar la mano en el lienzo el pintor. Este es el arquetipo de mis títulos.

¿Qué te gusta más trabajar: una fotografía, un proyecto o un libro? Para mí es todo lo mismo. Libros de fotografía no he hecho. No he concebido un libro, aunque se han publicado muchos libros con mi obra. Y, en este sistema de trabajo, ¿usas las nuevas tecnologías? ¿Qué opinión tienes sobre las nuevas tecnologías en relación a la fotografía? Una vez entendí que el mundo digital estaba lo suficientemente desarrollado comencé a explorarlo. Por ejemplo, me permitió comenzar a trabajar con el color y controlar todo el proceso, como hago siempre. Además, también valoro la gratuidad del disparo, la capacidad de corrección. No uso Photoshop para inventar una composición añadiendo objetos al encuadre. La postproducción me sirve como un control final del positivado. Para ello se necesitan muchos conocimientos específicos de los programas de edición. Por este motivo, colabora conmigo el fotógrafo y buen amigo Mooses Brugger. Los dos trabajamos juntos en la postproducción final. Nos entendemos muy bien.

Independientemente de la gran riqueza que tenga el mundo digital hay un cambio muy importante a tener en cuenta. Se trata de que en el trabajo analógico el fotógrafo guarda en su cabeza las correcciones que tendrá que hacer en el revelado y positivado mientras está fotografiando la escena. Es una imagen latente en su cabeza y debe almacenar toda esa información. Con la cámara digital puedes hacer los cambios en el momento. Por tanto, de alguna manera, se pierde la magia intuitiva y se convierte en un trabajo más mecánico.

Ya hemos repasado tus fórmulas de trabajo como creador. Ahora, hablando de alguno de sus frutos, ¿qué te aportan los premios ganados? Cualquier reconocimiento aporta afianzamiento en tu trayectoria, también cuando vendes tus fotografías.

Has conocido a muchos artistas-fotógrafos, ¿cuáles destacarías? Los clásicos que han influido en mi trabajo son, entre otros muchos Edward Weston, Álvarez Bravo, Harry Callahan o Irving Penn. Creo que es bueno ir a los orígenes de las cosas y los fotógrafos tenemos nuestro origen relativamente cercano. Y sobre el trabajo de los historiadores y críticos, de fotografía, ¿a quién desatacarías? Bueno, lo que pasa es que hay pocos. El problema en España es que se empieza a considerar a la fotografía como un arte muy tardíamente. Cuando el MOMA ya tenía un departamento de fotografía aquí aún se rasgaban las vestiduras. El Premio Aragón-Goya 2013 que me acaban de dar es la primera vez que se otorga a un fotógrafo, esto da muestra de las distancias con otros países. Van desapareciendo, pero aún estamos por detrás. Como consecuencia de ello los críticos de arte contemporáneo, durante mucho tiempo, han obviado a la fotografía. Y cuando ya se hace evidente que es un medio más del arte contemporáneo y no algo diferente, ya es irrefutable a nivel mundial. En ese momento de inflexión la formación de la mayoría de los críticos de arte contemporáneo es muy deficiente. Es una situación que no solo se da en los críticos, sino también en los coleccionistas de arte contemporáneo que de pronto se dan cuenta que en Bassel el 40% de lo que se enseña es fotografía, pero ellos no la conocen ni la compran y tampoco tienen idea de cómo moverse en ese terreno. No controlan las cuestiones técnicas, pero tampoco los entresijos creativos. Este fenómeno se produce por tanto también en los comisarios, conservadores y todo el staff. Algunos de esos críticos, historiadores y comisarios se pusieron las pilas y se hicieron verdaderos expertos en la materia, pero hay una gran mayoría que se quedaron estancados y no se actualizaron nunca.

¿Quién o cuándo te han hecho más daño con un texto o un comentario? No me han hecho daño en términos generales. Lo que sí ha sucedido es que hay gente que acierta y gente que no acierta. Es decir, firmas que han hecho una radiografía mía y han llegado a lo profundo de mi trabajo. Lo que sí pasa cuando un texto es bueno es que te halaga, alimenta tu ego y también te anima a seguir trabajando. El artista trabaja primero para sí mismo. Lo haces porque lo quieres hacer y te hace sentir bien hacerlo. ¿Y lo contrario?, es decir, ¿con quién o cuándo te has sentido más identificado con un texto o un comentario? Con Rosa Olivares con la que he trabajado mucho. Para mí es una de las personas que más sabe de fotografía contemporánea de este país y cuando realicé la exposición de La Lonja le encargué a ella el comisariado y trabajamos mano a mano. Ella sí ha incluido el arte contemporáneo a la fotografía en el cambio que comentamos antes.

Hemos hablado de las firmas, pero también son muy importantes los lugares para la fotografía. ¿Qué centros de fotografía destacarías? No tengo lugares favoritos. También es cierto que los lugares dedicados exclusivamente a la fotografía van desapareciendo, y es cada vez más una técnica como otras presente en las colecciones y centros de arte contemporáneo. Lo que sí hay son galerías especializadas en fotografía en las grandes ciudades, que son lugares suficientemente grandes para asumir la súperespecialización.Al hilo de esto, en Zaragoza no tenemos un centro de fotografía, pero sí una RSFZ. A pesar de su prestigio y tradición parece poco cuidada por las instituciones. Los socios aportan dinero y tiempo, pero ¿hay solución para esto? ¿Podríamos revitalizar la RSFZ? ¿Cómo? Es un problema de tradición. Las sociedades fotográficas nacieron en un contexto histórico y social muy determinado, en el entorno científico. Las sociedades fotográficas nacen también en torno a fotógrafos con conocimientos científico-técnicos. A su vez se suman otros fotógrafos y se van intercambiando conocimientos. Pero se va pasando por un proceso relativamente rápido hasta que la fotografía se populariza y el ciudadano no tiene que revelar sus tomas y por tanto tener esos conocimientos especializados. Y así se llega al momento actual con las cámaras digitales y smartphones. Por este motivo, las sociedades fotográficas han perdido cierto sentido, al menos, el sentido inicial, pero no algunas de sus viejas inercias. Entonces, ¿necesitamos un centro de fotografía aragonés? No veo la necesidad de tener un centro que se dedique a mantener la separación entre arte contemporáneo y fotografía, porque es perpetuar una distinción entre fotógrafo-artista. Sí abogaría por un centro de arte contemporáneo que incluyera la fotografía. Y además que fuera un centro especializado por época, autores, nacionalidades, estilos, temas, etc., para crear un referente internacional en ese ámbito. Y también sería muy interesante y necesaria una institución de arte contemporáneo de carácter didáctico.

Para cerrar esta entrevista quisiera preguntarte sobre el futuro de tu obra. ¿Qué sucede con tus pruebas: las destruyes, o guardas todo? En negativo he guardado todo, en digital sí borro algunos archivos. Así que tienes un amplísimo legado, ¿has pensado qué harás con él? ¿Qué te gustaría que sucediera? No lo tengo claro. Obviamente tengo 6 hijos y una esposa 24 años menor, por lo tanto quedará familia para hacerse cargo. Pensé en hacer una fundación, pero lo vi inviable y no hay muchos apoyos oficiales. Y no estoy muy convencido de hacer una donación a una institución porque no quiero que lo guarden en un sótano. Lo donaría si dicha institución fuera a hacer algo con el legado.

¿Cómo te gustaría que te recordasen? Como una persona que ha tratado siempre de no perjudicar a nadie. Es de lo que más orgulloso estoy. He procurado no pisar cabezas y eso me ha costado estar más abajo en mi profesión.

 

Al acabar la entrevista también hablamos sobre sus proyectos inmediatos. Ahora Navarro trabaja en una exposición que mostrará obra nueva y vieja, además de fotografías que no había podido acabar hasta ahora. Me doy cuenta de que tengo a mi lado a un verdadero maestro del arte contemporáneo, de que su discurso sobre la creación fotográfica remite directamente a la Obra abierta de Umberto Eco, entre otros, y de que es un pensador donde vida y creación se entrecruzan irremediablemente, como en sus fotografías.

Pilar IRALA HORTAL
Miembro de AACA, AECA y AICA, profesora de la Facultad de Comunicación, Universidad San Jorge

Fecha de Entrega: 28/12/2013
Fecha de Admisión: 29/12/2013


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