La noche y sus colores
Carrera Blecua en Palacio Villahermosa, Huesca
Una elocuente “noche” pictórica, cuyo fin último es profundizar en las paradojas de la condición humana, nos propone Carrera Blecua en su última muestra en el oscense Palacio de Villahermosa. Con una concepción del arte como diálogo con el interior, y de la creación artística como “pura fascinación”, el artista mantiene un alto tono en unas resoluciones que deslumbran, ya a primera vista, por su rebosante lirismo y su voluptuosidad formal, por el complejo y refinado ejercicio de equilibrio que conlleva un lenguaje plástico integrador capaz de combinar lo racional premeditado, lo sensitivo, y la acción espontánea con resultados espléndidos. Es la expresión lírica y sensitiva de la experiencia vital, empapada por un sentimiento a menudo trágico, lo que en mayor medida orienta las creaciones de este artista que reivindica la práctica pictórica tradicional como vehículo de expresión vigente y de plena actualidad: las pulsiones, los ritmos emocionales, las luces y las sombras, las luchas y resistencias, todas aquellas contradicciones que construyen la misteriosa esencia de lo humano, conforman la verdadera trama de una producción que se resuelve en una urdimbre viva, pasional y profundamente sincera de un mundo interior en franca relación con una realidad eminentemente dialéctica. Complejidad y esencialidad, tensión y equilibrio, figuraciones y abstracciones, significación e intuición, la certeza de la vigilia y los extraños frutos de lo onírico, se imbrican sin conflicto en estas lúcidas pinturas que el veterano artista oscense muestra al público como resumen de su último quehacer. Como siempre, en su caso, soportes de materiales y tamaños diversos, vehiculizan un emocional despliegue de sutiles gamas cromáticas cargadas de simbolismo, de densas o delicadas atmósferas texturales que logran corporeizar, más allá de cualquier pretensión significante o intencionalidad narrativa literaria, todo un universo, abierto y vivo, de intuiciones conmovedoras. Especialmente impactantes, por su fuerza, resultan algunas de las pinturas más despojadas de esta selección, aquellas en que los colores nocturnos se erigen en protagonistas de unos espacios que respiran una tensión sostenida en la visceralidad del gesto, único habitante del imponente “vacío”. Mientras algunas obras tienden a una sustanciación matérica, otras, en cambio, se decantan por proponer la grafía como apoyatura esencial de una incontenible expresividad o, simplemente, se dejan llevar por la corriente de la vivencia creativa a menudo imprevisible y siempre “reveladora”, aún en sus tamaños más pequeños. Todas ellas, en su conjunto, nos demuestran el vigor de este artista, su inquebrantable vocación por avanzar en su largo y fructífero camino pictórico.
Juan Ignacio BERNUÉS SANZ
Miembro de AACa y AECA, Doctor en Historia del Arte Fecha de Entrega: 24/11/2013 Fecha de Admisión: 30/11/2013 << volver |
|||||||