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Entrevista con Javier Codesal, Gran Premio AACA 2009
Javier Codesal, nacido en Sabiñánigo en 1958 es un artista polifacético, pionero en España del videoarte, pero que también despliega su creatividad en otras disciplinas como la radio, la televisión, el video mencionado, el cine, las acciones, las instalaciones, la fotografía, los medios interactivos y la poesía escrita. En cualquier disciplina el autor elabora un discurso poético a la vez que profundo y trascendente. Son muchas las exposiciones que ha realizado, pero la de la primavera de 2009 en el Palau de la Virreina de Barcelona “Dentro y fuera de nosotros” venía a ser un compendio y la más exhaustiva de lo realizado hasta aquel momento, por la que recibió críticas muy valorativas y por la que la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte le concedió el premio de mejor exposición realizada en 2009 por un artista actual aragonés. Coincidiendo aproximadamente con la entrega de premios AACA el día 30 de marzo de 2010 en Zaragoza se produjo esta entrevista con Javier Codesal.
Ricardo García Prats (RGP).- Buenos días y enhorabuena por este premio y por las continuas distinciones que has recibido por tu obra. En primer lugar quería preguntarte ¿qué queda de aquel muchacho que nació en Sabiñánigo?
Javier Codesal (JC).- Creo que en todos nosotros continúa actuando el niño o niña que fuimos, y con él los paisajes de la infancia, tanto visuales como sonoros, además de los sueños que tuvimos, la memoria más o menos fiel, etc. En cierto modo, uno no deja nunca de pelearse con aquel niño impertinente que juega a su manera durante toda la vida, a costa muchas veces de lo que desearíamos ser.
RGP.- ¿En cuantos lugares has habitado?
JC.- De manera estable, durante cierto tiempo, sólo en unos pocos: Sabiñánigo, Barbastro, Zaragoza, Valladolid y Madrid.
RGP.- Cuándo te sentiste atraído por el arte y en concreto por el mundo de la imagen
JC.- Al inicio de la adolescencia, en Zaragoza, comencé a sentir atracción por la escritura y por el arte. Escribía poesía y visitaba las galerías que había en la ciudad por aquellos años.
RGP.- ¿Qué ha significado la realización de “Un perro andaluz” de Luis Buñuel y Salvador Dalí en 1929?
JC.- Los artistas, desde el comienzo del cine, sintieron deseos de hacer suyo ese medio. “Un perro andaluz”, como las películas de Man Ray, Duchamp y otros muchos iniciaron un camino que continúa hoy día, en gran medida a través del vídeo. Admiro a Buñuel, y tengo siempre pendiente una deuda con su obra, pero es otra la cinematografía que me ha afectado más directamente, al menos en cuanto a lo que acierto a reconocer. Tal vez siento miedo de aproximarme a una obra que, por varias razones, parece muy próxima a mí.
RGP.- ¿Y Marcel Duchamp? ¿y Man Ray?
JC.- La aportación de Duchamp resulta incalculable. Los efectos que ha inducido en todos nosotros son tan amplios que posiblemente no podemos darnos cuenta de hasta donde llega su sombra.
RGP.- Eres uno de los artistas españoles que más pronto se introdujo en el mundo de la imagen , en el videoarte. ¿Se siente uno más cómodo ahora que en los años 80?
JC.- El videoarte nacional de los 80 no estaba insertado en el contexto general del arte español. Aquel fenómeno, bastante amplio, dependía de las políticas que entonces se llevaban a cabo en relación a la juventud y las nuevas tecnologías. Críticos, galerías y museos estaban atentos a otras cosas y puedo decir que, en general, despreciaban el vídeo. Afortunadamente, la situación ha cambiado completamente y ahora el vídeo es una herramienta más que muchos artistas utilizan.
RGP.- Empleas nuevas tecnologías pero siempre o casi siempre recurres a temas tradicionales como el flamenco, la Legión, la pitonisa. ¿Es una conjunción de contrarios, un antes y un ahora?
JC.- Ya lo he dicho, el vídeo para mí es una herramienta, no una ideología. Y en las cosas viejas, como el cante flamenco, encuentro un modo de administrar el cuerpo y las cosas relacionadas con él que hace mella sobre las formas contemporáneas más comunes, que frecuentemente sustituyen lo corporal por su imagen. El signo del cuerpo me interesa mucho menos que sus marcas directas. Y hablando de la presencia, debo aclarar que mi actitud no es nostálgica; realmente no busco cosas del pasado, sino que a veces tomo cosas actuales que no encajan en la forma más convencional de delimitar el presente. El problema está en la escasez del estereotipo que nos viene impuesto desde el pop, la publicidad o la política. No olvidemos que la pobreza, la enfermedad y el flamenco, por no citar más cosas, son actuales porque se dan en la actualidad, por mucho que le pese a cuantos imaginan que el mundo es una revista de tendencias.
RGP.- Eros y thanatos, amor y muerte un tema muy manido en las artes desde siempre. ¿Es una manera nueva de tratar el tema ahora o supone una continuidad en el tratamiento, a pesar de las nuevas tecnologías?
JC.- Recurres a un par freudiano fundamental, pero no creo que se trate de un tema o un motivo. Eros y Tánatos son fuerzas reales que experimenta cualquier sujeto. Precisamente, la experiencia vital de cada persona se cifra en buena parte en la conjugación de esas dos fuerzas. El arte no puede evitar referirse a ello de algún modo, porque su propia existencia es resultado de la dinámica entre Eros y Tánatos.
RGP.- Concreta, si te parece, estas reflexiones en obras como la trilogía de “El monte perdido” o “Viaje de novios”.
JC.- Con el paso de los años, he ido alejándome de los guiones de rodaje, de manera que comienzo a trabajar sin saber demasiado del asunto que abordo. Es precisamente el trabajo continuado durante cierto tiempo lo que va desbrozando un sentido o una intención, que además nunca llego a dominar completamente. “El monte perdido”, como bien supe cuando quedó terminado, era un acto de duelo; un duelo de la memoria y, por tanto, un duelo de todos o para todos; pero también un duelo concreto que se formó sobre un cuerpo querido por mí. Pero inicialmente sólo tenía ese empuje para recuperar restos, que eran sobre todo imágenes, y me exigían establecer cierto orden, como cuando formulamos un problema a través de una ecuación. Mis materiales eran: paisaje, construcciones, ruinas, figuras románicas y las manos de un sastre. El sastre medía mi cuerpo y yo mismo me medía con las pequeñas tumbas de niños que se encuentran en el cementerio de Sabiñánigo. Así que había que medir, como siempre hace el arte. Y la medida (el encuadre, la duración, el ritmo) constituyó el verdadero tema del trabajo. Un vídeo se realiza por algo. Pero ese algo sólo encuentra su realidad en el vídeo. Esa es la dimensión experimental del arte.
“Viaje de novios” representó para mí una gran oportunidad, porque el vídeo se hizo durante un período de varios años. Muchos factores fueron introduciéndose por cuenta propia, alterando las expectativas que yo tenía, o las de las personas que colaboraban conmigo. El relato final fue producto de una gran flexibilidad, donde placer y dolor, miedo y esperanza se cruzaban continuamente.
RGP.- Hemos hablado hasta ahora del videoarte, háblanos del papel de la fotografía u otras disciplinas en tu creatividad.
JC.- Lo más sencillo es decir que hago lo que puedo. Si dominara otras disciplinas, seguramente las usaría. Tampoco estoy obsesionado por tener muchos registros. Lo que ocurre es que, por momentos, parece que te conviene un medio u otro. A veces es cuestión de comodidad y, en el mejor de los casos, de adecuación. No me siento fotógrafo, ni escultor, ni poeta, ni nada. He nombrado la escultura porque algunas veces he producido instalaciones de objetos que podrían encuadrarse en el campo de la escultura, pero en realidad esas obras obedecen a necesidades internas de mi trabajo; parece que en esas ocasiones tocaba reunir cosas sólidas… En “El monte perdido”, como en la obra que preparo en este momento (creo que se titulará “Los pies que faltan”), mezclo fotografía y vídeo, y en todo momento he sentido el procedimiento con naturalidad. Las dos cámaras (foto y vídeo) permiten relaciones diferentes, y yo aprovecho esas cualidades para lo que de verdad me interesa: acercarme mejor a ciertas personas y situaciones.
RGP.- Cuando observé tu exposición en Barcelona y a continuación leí tu libro de poesía “Feliz humo” (Periférica, 2009) me di cuenta que el poema trataba el tema de la muerte de la misma manera que los videos o fotografías de la muestra. ¿Qué nos puedes decir al respecto?
JC.- Terminé “Feliz humo” hace muchos años, creo que 13. Entonces produje también una instalación de vídeo que se titula “Fábula a destiempo” (1996). Me gustó mucho que la publicación del libro coincidiera con la exposición de la pieza en la Virreina, porque de nuevo se encontraban esos dos trabajos que habían surgido con el mismo fin, elaborando la misma ausencia. Efectivamente, yo entiendo que mi escritura se engarza plenamente en mi trabajo visual, a pesar de que diferencio netamente ambas cosas y no suelo mezclarlas. Escribo muy despacio, y me parece que ese tiempo tan reflexivo me sirve de base para todo lo que hago. Identifico las funciones de la escritura y el dibujo; de hecho, si alguna vez me he dedicado con insistencia a dibujar no he podido escribir.
RGP.- Tradicionalmente el arte, al menos aparentemente, no se había preocupado de transmitir reflexiones sobre el mundo que nos rodea. Ahora da la impresión de que los artistas son también filósofos. ¿Que opinas sobre la cuestión?
JC.- No creo que los artistas sean filósofos, ni los filósofos artistas, pero nuestro contexto cultural nos permite manejar conceptos y lengua de forma compleja. Todos, en general, estamos capacitados para exponer y discutir ideas, y ojalá que esto mejore. Otra cosa es la filosofía o cualquier saber que requiere una especialización costosa, de muchos años, como también ocurre con el arte. Dejemos aparte la petulancia de cierta gente, porque eso interesa tan poco…
RGP.- ¿Eres de los que creen que la pintura ha muerto?
JC.- No es cuestión de fe, sino de práctica. Han muerto, porque todo muere, ciertas prácticas de la pintura; y otras muchas, como se ve claramente cada día, continúan muy vivas. En un orden más personal, te diré que la pintura me sigue emocionando, cierta pintura.
RGP.- Si es así, háblanos, se te parece oportuno, sobre los derroteros del arte.
JC.- El arte no es más ni menos que el resto de la sociedad. Los males actuales del arte son reflejo de los males de nuestra cultura, o sea, de lo que acordamos darnos entre todos. Pensando sobre las formas de los periódicos, podremos vislumbrar el futuro del arte. Me gustaría que fuéramos capaces de construir modelos nuevos de convivencia y de distribución de los bienes, entre ellos las técnicas y el saber; y que el arte ganara en libertad y precisión. Por tanto, más que un juicio, formulo un deseo.
RGP.- En uno de tus videos, una pitonisa dice al leer unas manos masculinas: “Tiene usted una gran inteligencia pero extraña” ¿Son tus manos las del video? Si es así, ¿te sientes identificado con la lectura?
JC.- Se trata efectivamente de mis manos. Pero están colocadas de tal manera que cualquier espectador pueda identificarlas como propias. El relato de la mujer que lee las manos es muy rico y escribe una novela de mi vida, o de cualquier vida que se quiera dar por leída. Lo interesante no son contenidos transmitidos, sino más bien el mero hecho de contar y por tanto construir una figura. Se trata de una voz de mujer que da forma a una vida (y esto ya suena a un asunto más general). La primera vez que expuse esta pieza, en Sevilla, había entre el público un familiar que me hizo la misma pregunta: ¿Son tus manos? Como le dije que sí, me respondió: Pues está poniéndote a caldo.
RGP.- ¿Cuales son tus referentes y tus referencias?
JC.- El cine, entendido de manera radical, el arte de los setenta, especialmente la incorporación del vídeo, cierta poesía… Para mí resultó definitivo conocer la obra de Pasolini, poeta y cineasta. Luego, mis preferencias cinematográficas son muy amplias, y tal vez parezcan antagónicas: los Lumière, Ford, Dreyer, Ozu, Val del Omar, Warhol, Godard, Oliveira, Kiarostami, Sokurov, Costa… Y hay tantos poetas espléndidos, que prefiero no hacer una lista.
RGP.- Has estado recientemente en América. ¿En qué proyectos estas inmerso?
JC.- Estuve grabando en Colombia con personas que han sufrido accidentes con minas antipersonales o explosivos. Regresé hace sólo unos días y ahora voy a comenzar el montaje. Tengo un compromiso para presentar la obra el próximo mes de julio.
RGP.- ¿Qué conexiones te quedan, en este mundo tan globalizado, con esta tierra de Aragón donde naciste?
JC.- Todavía tengo familia y amigos en Zaragoza. Y, de manera más inevitable, me queda toda la traza de la primera memoria, aquella que posiblemente configura el canto y el contenido de nuestra actividad.
RGP.- Para terminar, es posible que no te haya preguntado alguna cosa de tu interés. Aquí tienes la palabra.
JC.- Sólo me queda agradecer tu interés y el de AACA hacia mi trabajo.
RGP.- Reitero la enhorabuena por este y por todos tus éxitos.
Ricardo GARCÍA PRATS
Crítico de arte y comisario de exposiciones, miembro de AACA, AECA y AICA Fecha de Entrega: 29/03/2010 Fecha de Admisión: 30/03/2010 << volver ![]() |
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