Número 68 | Septiembre de 2024
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Cosmogonía. José Orús
Espacio en Blanco USJ. Hall Edificio de Rectorado
 
 

En el edificio de Rectorado de la Universidad San Jorge podemos ver una pequeña exposición de un gran artista, José Orús (Zaragoza, 1931-2014), una muestra selecta de sus últimos años de trabajo, comisariada por la crítica de arte Desirée Orús, con obras que abarcan de 2006 a 2014, hasta su fallecimiento. Pintor hasta el final, en palabras del artista: Yo pinto como vivo, si no pintara me moriría.

Se trata de uno de los precursores del informalismo en España, un artista personal, espiritual, individual e imposible de encasillar, que a mí me gusta definirlo como alquimista, porque en sus cuadros consigue la magia de representar la materia que vaga por el cosmos, mediante luz, color y movimiento. Para su consecución, llevada en secreto en su taller-laboratorio, ha fabricado sus propios materiales. Su técnica es mixta de complicada elaboración, cada cuadro, cada color, cada tendencia necesita una cocina diferente, según nos informaba el propio autor.

A lo largo de toda su vida ha experimentado con la luz, conseguida en sus diferentes momentos con polvo de oro, plata o bronce sobre fondos negros o muy oscuros, formas que parecen flotar, levitar o explotar en el silencio del universo. Es a partir de 1970 cuando consigue distintos efectos lumínicos al aplicar luz negra a sus creaciones. Según va evolucionando en su investigación, los colores bajo el influjo de esta luz varían en su intensidad, en su brillo, en la vibración, en la permanencia de la luz en la oscuridad, y finalmente en el cambio total del color, lo que el autor denomina Mundos Paralelos, dos obras distintas en una misma según se someta a luz negra o blanca. Así los tonos grisáceos mutan mágicamente en verdes, el blanco puede resultar negro, naranjas devienen en amarillos, los rojos y azules pueden incrementar su intensidad.

Entre los cuadros expuestos hay una obra que podemos contemplar por primera vez, una luz de un rojo incandescente parece rotar y expandir su aura en el infinito negro. Toda su creación se caracteriza por el movimiento, unas veces lento, con la serenidad de un mar de lava de un sobrio plata sobre negro, otras veces la materia vibra. Una dinámica masa de un rojo muy luminoso, característico del artista, recorre el espacio a gran velocidad. Un cuerpo de un intenso anaranjado parece caer pesadamente irradiando luz. Magma rojo rota peligrosamente alrededor de un agujero negro que lo absorbe. Un derroche de color y movimiento.

La piedra filosofal que persiguió Orús toda su vida fue la luz, que consiguió atrapar en su obra para nuestro deleite.

María Pilar SANCET BUENO
Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. Miembro de AACA, AECA y AICA

Fecha de Entrega: 28/09/2024
Fecha de Admisión: 29/09/2024


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