Número 66 | Marzo de 2024
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Cartas a Camondo, de Edmund de Waal
Editado en español por Acantilado (2023)
 
 

Afirmaba Benjamin cómo la rememoración funciona como un esquema de transformación de las mercancías en objetos de coleccionista. La memoria se convierte así en el dispositivo que está detrás del, a priori, caprichoso proceso de génesis de las colecciones privadas. Explicaba también este filósofo judeoalemán cómo el acto de coleccionar es a su vez combatir la dispersión, buscar una suerte de ligazón entre todo aquello en que puede apreciarse una correspondencia, consiguiendo enseñanzas.

La memoria —real, ficticia o ausente— y sus veleidosos mecanismos constituyen la razón de ser de la colección de la familia Camondo y de la obra literaria que sobre ella ha escrito Edmund de Waal (Nottingham, 1964). Y, como suele ocurrir en el engranaje memorístico, su desencadenante es fortuito. De Waal es maestro ceramista, experto en porcelana. Por ello fue invitado a exponer sus piezas en el parisino Musée Nissim de Camondo, una refinada colección de artes decorativas francesas del siglo XVIII, sita en un palacete construido a comienzos del siglo XX a imitación del Petit Trianon. Su majestuoso jardín linda con el Parc Monceau, epicentro del París proustiano, lo que nos revela su origen alejado de lo común.

El propio De Waal es bisnieto de Viktor von Ephrussi, banquero judío originario de Odessa. La historia de esta rama familiar la trazó en su novela, también publicada por Acantilado, La liebre con los ojos de ámbar. En 1871 Charles Ephrussi se estableció en un hôtel particulier en el número 81 de la rue Monceau, a tres minutos a pie del palacete que, años después, mandaría construir el conde Moïse de Camondo. En aquel momento, aquellas dos familias de origen judío se aplicaban en su ascenso en una sociedad francesa cada vez más antisemita. Las sagas de los Camondo, Ephrussi, Reinach y Rothschild no solo eran vecinos, sino que también fijaron, a través de enlaces matrimoniales, lazos de parentela. Además, para encajar en los códigos culturales parisinos, estas familias emprendieron un proceso de asimilación por el cual trataron de borrar sus orígenes extranjeros, sus tradiciones orientales y, finalmente, su religión judía.

Esa asimilación se llevó a cabo a través de la génesis de una memoria ficticia y adulterada, forzada por la discriminación de una Europa en pleno auge antisemita. Se trata de un proceso complejo que Edmund de Waal evoca a través del género epistolar. Las correspondencia presente en este libro es imaginaria pues su autor se dirige al fallecido conde Moïse de Camondo. Este banquero, que descendía de una familia sefardí ennoblecida en Italia, había nacido en Constantinopla. Una vez instalados en París para desarrollar allí el emporio financiero que habían construido en el Imperio Otomano, los Camondo decidieron atenuar sus orígenes. Moïse se desprende de todos los cuadros orientalistas que su padre había coleccionado y dona la placa conmemorativa de la Torá procedente de su propia bar mitsvá. A cambio, reunió una de las más exquisitas colecciones de artes suntuarias del siglo XVIII francés.

Desde los años del Segundo Imperio, Francia había vuelto la mirada al arte del siglo XVIII, comprendido como la epítome del refinamiento francés. Este gusto dio lugar a un historicismo por el que la burguesía o la nueva aristocracia —véanse estos millonarios de origen judío— buscaban legitimar su recién adquirido poder, evocando los fastos del Antiguo Régimen. Narra De Waal cómo ya el padre de Moïse había sido amante de una norteamericana, nacida Julia Tahl, luego conocida en París como Alice, condesa de Lacey. En un deseo de afrancesar su entera existencia, compró un pabellón situado en los jardines del château de Louvenciennes que había pertenecido a Madame du Barry. Los hermanos Goncourt —reputados antisemitas— reían imaginando a Moïse como Luis XV, disfrutando en aquel palacete de ese idilio adúltero.

Moïse contrajo matrimonio con Irène Cahen d’Anvers, procedente de otra multimillonaria familia judía, en este caso asquenazí. Irène pasó a la Historia del Arte por el delicado retrato que durante su infancia le hizo Auguste Renoir. De hecho, el Impresionismo debe mucho a los Camondo, especialmente a Isaac de Camondo, a cuya colección personal pertenecieron algunas de las obras más emblemáticas de este movimiento, expuestas hoy en día en el Musée d’Orsay.

En el libro, las cartas vienen intercaladas con fotografías de los objetos descritos, además de instantáneas que evocan la intimidad de un álbum familiar.

Decía al comienzo que la memoria, también sofocada o borrada, articula este libro. El acervo de este linaje pertenece actualmente al Estado francés. Ninguno de los protagonistas de esta historia sobrevivió a los dos Guerras Mundiales. Nissim, el hijo de Moïse y de Irène falleció en un combate aéreo en la Primera Guerra Mundial. Su padre, que jamás se recuperaría de la muerte de su primogénito, acabaría sus días en 1935, legando su colección a la Union centrale des arts décoratifs, un gesto más con el que los Camondo quisieron demostrar su condición de buenos franceses. La hermana de Nissim, Béatrice, casada con el compositor de origen judío Léon Reinach, continuó en el París ocupado durante la Segunda Guerra Mundial, portando de manera discreta su estrella amarilla. Se había divorciado, convertido al catolicismo y se creía, por sus buena relaciones, libre de cualquier peligro. En diciembre de 1942 son detenidos Béatrice, Léon y sus dos hijos Fanny y Bertrand y llevados a Drancy. De allí terminarían siendo deportados a Auschwitz y con ello se extinguiría la estirpe de los Camondo.

A sus recuerdos aquí da voz Edmund de Waal, trayendo a sus cartas los objetos, los muebles, los cuadros o los libros que continúan, silentes, pulcros, en la residencia familiar, un verdadero lugar de memoria de quienes ya no están.

Guillermo JUBERÍAS GRACIA
Investigador postdoctoral Juan de la Cierva en el Departament de Història de l’Art de la Universitat de València. Miembro de AACA, AECA y AICA

Fecha de Entrega: 21/02/2024
Fecha de Admisión: 28/03/2024


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