Cristina Alabau. Espacios interiores
Galería Carmen Terreros, Zaragoza
Cristina Alabau (Valencia, 1963) se forma en Bellas Artes, trabaja y expone intensamente desde los años ochenta, sin embargo es la primera vez que lo hace en Zaragoza. Nos muestra en la galería de Carmen Terreros obra muy reciente, óleos sobre lienzo o cartón y esculturas en vidrio. En los primeros momentos de su trayectoria presenta una abstracción lírica, de formas orgánicas, de ricos fondos y texturas muy trabajados, por los que parecen flotar lo que podrían ser fósiles o animales y plantas primarios marinos. Estas obras son el germen de su posterior creación, siempre dentro de la abstracción. En su espacio está presente el hombre y la naturaleza, utilizados para manifestar mediante una iconografía propia su rico mundo interior. Sus formas han evolucionando a unas figuras geométricas, más bien biomórficas. Las obras de la exposición que nos ocupa son de la serie Hombre-Naturaleza. La autora nos relata su investigación pictórica en la búsqueda de un lenguaje propio que sea su expresión íntima. Las figuras que representan el ser humano están realizas en colores cálidos, rojo, naranja u ocre que nos hacen pensar en el color de la sangre, el cuerpo, la piel... la vida. La textura que imprime al lienzo semeja la piel humana, empleando en ocasiones ceras y resinas. Protagonista de su obra es el espacio, aquí pone en relación al hombre con la naturaleza, con sus cuatro elementos, fuego, agua, tierra y aire. La naturaleza es representada en verde, gris, a veces en tonos opalescentes, o a través de elementos fotográficos que aportan al cuadro riqueza dentro de la aparente simplicidad de su planteamiento. La gran figura blanca que habita sus cuadros, llena de luz, muchas veces etérea, evanescente, necesariamente tiene que ser el espíritu, que con frecuencia se funde con la forma que representa al ser humano. A la importancia de las formas, tres o cuatro a lo sumo, que a pesar de su gran presencia parecen ingrávidas, y de los hermosos y trabajados fondos donde se presentan, existe un elemento apenas perceptible, pero sustancial en su obra, son las líneas que ponen en contacto estas figuras, delgados hilos que representan los sentimientos. Encontramos también, finos hilos de cobre en el interior de sus esculturas en vidrio de Murano, materiales con los que Alabau, tras una estancia en Italia, ha encontrado su forma de manifestarse en tres dimensiones y con los que consigue que la obra tenga vida propia, siendo el resultado final aleatorio en función de la temperatura a la que han sido sometidos, por lo que los efectos finales son sorprendentes. Con esta materia logra distintas texturas, detectamos rugosidad y una finísima transparencia que se nos antoja hielo, en cuyo interior descubrimos el elemento aire dentro de pequeñas burbujas. Estos filamentos de cobre y los vidrios de color que introduce en su interior realizan la misma función simbólica que las figuras y líneas de sus lienzos. Sus creaciones son puras, espirituales, refinadas, exquisitas, aportan a quien las contempla serenidad y equilibrio, una paz interior muy difícil de lograr en la agitación de la vida cotidiana.
María Pilar SANCET BUENO
Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. Miembro de AACA, AECA y AICA Fecha de Entrega: 17/12/2022 Fecha de Admisión: 19/12/2022 << volver |
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