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El Greco, imprescindible
El Greco: Toledo, 1900
Conocer la historia del arte español sin la presencia de Doménikos Theotokópoulos, conocido como El Greco (1541-1614), es sin duda no entender de arte. Así lo debieron pensar las gentes del periodo alfonsino. "¿Qué es el Greco?. Un pintor lúgubre, oscuro, verde, azul, amarillo, en quien las carnes parecen carnes de muertos y las lacas rojas, coágulos de sangre recién vertida”. Esta frase sacada de la Ilustración Artística, y firmada por Emilia Pardo Bazán, representa el sentimiento de un pueblo, en su mayoría analfabeto que no entendía, la importancia de tan ilustre artista. Las imágenes que del pintor se tuvieron hasta entonces provenían sobretodo de los tratadistas de los siglos XVII y XVIII, convertidos en tópicos clichés que se repitieron a loa largo del siglo XIX, y de donde el pintor aparecía como un apéndice segundón de la escuela veneciana, una personalidad desviada cuya recuperación romántica se inició con los artistas modernistas como Zuloaga, Rusiñol, y los modernitas catalanes, quienes escenificaron su deslumbramiento por el artista en Sitges, con la celebración, en 1894, de la Tercera Fiesta Modernista. Para este grupo, El Greco, representaba la originalidad creadora que conectaba con su sentido de la modernidad. El otro frente reivindicativo tuvo lugar en Toledo, convertido entonces en destino de artistas e intelectuales, viajeros nacionales, que vieron la ciudad como un símbolo de la decadencia española, un icono de nuestro devenir como nación. En esta segunda reivindicación tuvo gran parte que ver Benigno Vega- Inclán (1858-1942), una de las personalidades más interesantes y características de este comienzo del siglo XX. Lucido e emprendedor cultural y marchante de arte, viendo en interés que empezaba a destacar en El Greco, tuvo la brillante idea de crear la Casa-Museo de El Greco, que el próximo 2010, cumplirá un siglo de apertura. Por este motivo, el Ministerio de Cultura está acometiendo una necesaria reforma del edificio, cerrado por ello desde hace unos meses al público. Con todo esto y gracias a una iniciativa de Caja Castilla- La Mancha, se ha emprendido una interesante exposición por algunas de las ciudades más importantes de la geografía española, entre ellas Zaragoza, con obras procedentes de este museo.
LA EXPOSICIÓN:
Poder disfrutar del Apostolado o de los dos intensos retratos de los hermanos Covarrubias es motivo suficiente para acercarse a la exposición, pero, además, la iniciativa ha contado con algunos refuerzos de altura. Sobretodo las cuatro obras aportadas por el Museo de Santa Cruz de Toledo, los tres lienzos procedentes del retablo de San Nicolás de Bari, además de la Sagrada Familia y La Verónica de la iglesia de Santa Leocadia, recientemente restaurada. También es destacable el Cristo Crucificado, pequeña pieza realizada por El Greco durante su estancia en Roma y que, pese a su importancia para conocer el desarrollo de la obra del artista en Italia, es obra casi desconocida para el gran público. A pesar de reducido número de piezas, la exposición es de indudable interés. Por una lado debemos de recordar que en Zaragoza no se habían visto tantos Grecos juntos, en mucho tiempo, por otro lado, el reducido número de piezas es un gran aliciente para su visita, pues se puede disfrutar de manera reposada la muestra de un pintor tan singular como es El Greco
EL CATÁLOGO:
Como toda exposición que se precie, existe el catálogo, pero este no es uno más al uso, donde el lector encuentre la correspondiente ficha catalográfica de cada obra y un ensayo previo sobre el pintor. El catálogo de El Greco. Toledo 1900, se presenta ante el lector como una recopilación de artículos realizados por reconocidos especialistas. El grueso de este tomo ahonda en el periodo especialmente intenso en la recuperación del El Greco y de Toledo, cuya visualización en esa ciudad condujo precisamente a la apertura de la Casa- Museo, no en balde, la comisaria de la exposición es Ana Carmen Lavín, directora de la institución toledana y uno de los motores de los cambios que acompañarán al museo a su próxima reapertura. También es de muy de agradecer en el catálogo el cuidado del material gráfico que le acompaña. En este sentido conviene destacar los trabajos recopilatorios de Socorro Prous e Isabel Angerich, del Instituto del Patrimonio Histórico Español, que brinda un acercamiento de alto interés al periodo tratado.
Una oportunidad única de ver al Greco más intenso y desconocido a través de una estupenda muestra que revalorizará y pondrá definitivamente el nombre de Doménikos Theotokópoulos, al nivel que siempre ha estado.
PARA SABER MÁS:
El Creco. Toledo 1900.
Paraninfo de la Universidad de Zaragoza 03/09-30/11/08
José Antonio VAL LISA
Miembreo de AACA y del consejo de redacción de AACADigital Fecha de Entrega: 27/09/2008 Fecha de Admisión: 29/09/2008 << volver ![]() |
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