Número 13 | Diciembre de 2010
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La Historia General del Arte, dirigida por Luis Doménech, de la editorial Montaner y Simón
Una referencia señalada en el contexto cultural de la Ilustración Artística
 
 

Resumen:

La Historia general del Arte en ocho tomos o volúmenes, dirigida por Luis Doménech y Montaner, fue editada por la editorial Montaner y Simón de 1886 a 1901. Se trata de una publicación pionera del género de “historia universal” que se desarrolló en el siglo XIX, muy a tener en cuenta para el estudio de la conocida revista La Ilustración Artística, sobre la cual prepara su tesis doctoral el autor de este artículo.

 


Abstract:

The General History of Art in eight volumes, directed by Luis Doménech y Montaner, was published by Montaner y Simón from 1886 to 1901. It is a pioneering publication in the genre of ‘universal history’ developed in the 19th century, which plays a key role in the cultural context of the well-known magazine La Ilustración Artística, about which the author of this articles prepares his doctoral dissertation.  

Palabras clave castellano: Historia universal, historiografía del Arte
Palabras clave inglés: Universal History, historiography of Art.

La Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón, dirigida por Luis Doménech y Montaner, apareció en el año 1886. Pero, las diversas formas de adquirirla fueron ya conocidas y publicadas en la revista La Ilustración Artística, de la misma editorial, Montaner y Simón, desde el año anterior, el año 1885. El anuncio de la publicación, en prensa, de la Historia general del Arte dirigida por Luis Doménech, a un precio de 225-250 pesetas cada tomo, se repitió en sucesivos números de la citada revista desde el número 167 hasta el número 198 (La Ilustración Artística, nº 167, 1885, 80).  

 

Como sus publicaciones hermanas, el Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano de Literatura, Ciencias y Artes y la revista La Ilustración Artística, se caracteriza por ser una obra profusamente ilustrada, reproduciendo, en sus grabados, los objetos artísticos y monumentos considerados más importantes para la época.

 

La Historia general del Arte, dirigida por Luis Doménech y publicada por la editorial Montaner y Simón, consta de ocho tomos o volúmenes. Los tres primeros tomos (tomos I, II y III), escritos por Luis Doménech y Montaner y por José Puig y Cadafalch, están dedicados a la arquitectura; el tomo cuarto, escrito por Joaquín Fontanals del Castillo, está dedicado a la historia de la pintura y la escultura; el tomo quinto, escrito por Federico Cajal y Pueyo, está dedicado a la ornamentación; los dos tomos siguientes, tomos VI y VII, escritos por Federico Hottenroth, están dedicados a la historia del traje; y, finalmente, el tomo octavo, escrito por Francisco Miquel y Badía y por Antonio García Llanos, están dedicados a historia del mueble, tejidos, bordados, tapices, metalística, cerámica y vidrios.    

 

El primer tomo de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón, publicado en 1886 y dedicado a la arquitectura, fue redactado por Luis Doménech, catedrático de la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona.

 

Este primer tomo de la Historia general del Arte, como ya se ha comentado, dedicado a la arquitectura, se divide en tres grandes apartados: arquitectura primitiva, arquitectura egipcia, y arquitectura caldea y asiria.

 

En el apartado dedicado a la arquitectura primitiva, Luis Doménech sitúa el origen de la arquitectura en el Neolítico y estudia los más importantes monumentos neolíticos por países (Francia, Inglaterra, Irlanda, Escocia, Alemania, Holanda, Polonia, Rusia, Italia, Portugal y España) y áreas continentales (Escandinavia, el Cáucaso, islas del Mediterráneo, costas de África en el Mediterráneo, Asia menor, La India, América central y América del Sur).

 

En Francia, Luis Doménech destaca los monumentos megalíticos de Carnac; el grupo de Crozan, al sur de Brest; y el grupo de Rennes o Gré-de-Cojou. En Inglaterra, destaca los monumentos megalíticos de Averbury, Stonehenge, Aulesford (en Kent), Ashdown Uffington (en Berk), Penrith (en Cumberland), Derbyshire, Stanton Drew, Mulle Hill (en la isla de Men), los círculos de Burn Moor (en Wast-Water, Cumberland), el túmulo de Uley (en el condado de Glocester), el túmulo de Plas-Newyold, el dolmen de Pentre Ifam (en el condado de Pembroke) y el dolmen del rey Arturo (en Gales). En Irlanda, destaca los monumentos megalíticos de Moytura, Cruacham, Longh-Crew, Ogham, el túmulo de Dowt o de Dubhat y la tumba de Dagdha. Y, en Escocia, destaca los monumentos megalíticos de Stennis, Callernisch y los círculos de Aberdeen.

 

Para el caso español, y el estudio de sus monumentos megalíticos, Luis Doménech realiza una división por regiones (Baleares, Cataluña, Navarra, País Vasco, Cantabria, Asturias, Galicia, Extremadura, Andalucía, Valencia y Canarias). En el País Vasco, se estudia el dolmen de Eguilaz. En Cantabria, se estudia la piedra oscilante o dolmen de Abra. En Asturias, se estudia el dolmen de Cangas de Onís. En Galicia, se estudian la colina de Faxildre, el Corzán, las alineaciones de La Puebla, el dolmen de Fornello y el dolmen tumular de Granda. Y, en Andalucía, se estudian la Cueva de Mengal, el dolmen del Arroyo Salado, la cueva de La Pastora, el grupo de monumentos megalíticos de Dilar, el grupo de monumentos megalíticos de Montefrío (en Alcalá la Real), el grupo de monumentos megalíticos de los Eríacles, el grupo de las hazas de la Coscoja y el grupo de monumentos megalíticos de Gar (Doménech, 1886, 40-118).

 

En el segundo apartado de la obra, se dedica a la arquitectura egipcia, fundamentalmente, a la arquitectura funeraria y religiosa egipcia. 

 
 
 
 

Por lo que respecta a la arquitectura funeraria egipcia, se estudian las tumbas, las mastabas y las pirámides del Imperio Antiguo; los hipogeos, las tumbas y las pirámides del Imperio Medio o Tebano; y, finalmente, las tumbas reales, syringas y templos conmemorativos del Imperio Moderno. En grabados, se reproducen el Obelisco de Luqsor, hoy en París, de la XIX Dinastía (Doménech, 1886, 297); la Gran Pirámide de Keops, en Guizeh, y sus anejas, vistas desde el Templo de la Esfinge (Doménech, 1886, 332); la pirámide de Gefrén, o segunda de Guizeh, con revestimiento en su parte superior (Doménech, 1886, 333); la pirámide escalonada de Sakkarah (Doménech, 1886, 334); la pirámide truncada de Daschar (Doménech, 1886, 336); las pinturas murales de los hipogeos de Beni-Hassán, según Prisse D’Avennes (Doménech, 1886, 356-357); y, la tumba de Abydos, según Mariette, Perrot y Chipiez (Doménech, 1886, 359). También, en este apartado de la arquitectura funeraria egipcia, se hace alusión a los sarcófagos, canopes o vasos canópeos, tablas o menas de ofrenda y de libación, estelas funerarias y pirámides etíopes. De hecho, en varios grabados, se reproducen la decoración de la parte superior de un ataud de madera del sacerdote Her, del British Museum; el sarcófago de mármol negro de la reina Ansenraneferhat, esposa de Amasis II, de la XXVI Dinastía, del British Museum; el sarcófago de granito rojo de Kaskatu, sacerdote de Menfis, de la XXVI Dinastía, del British Museum; el sarcófago de un escriba real de la XIX Dinastía, del Museo del Louvre; el canope del genio Amsit, el canope del genio Hapi, el canope del genio Tiumutf y el canope del genio Hobhsonnuf, encontrados todos en el sepulcro de Netkmuft, del British Museum; y, finalmente, la estela sepulcral de madera dedicada a Nasui, también del British Museum (Doménech, 1886, 387-394).

 

Por lo que respecta a la arquitectura religiosa egipcia, se da noticia, principalmente, de los más importantes templos del Imperio moderno, de los templos de Tebas (el templo de Karnak, el templo de Amenhotpu III, el templo de Khons o Khoróu, el templo de Luqsor, el templo de Medinet-Nou, el Amenophteon, el Rameseón o templo de Ramsés II, y el templo de Thutnós), de los templos de Abydos (el templo de Seti I y el templo de Ramsés II) (Doménech, 1886, 438-450) y de los templos ptolomaicos y de época imperial de Egipto, en Denderch (el templo de Hathor, el templo de Isis y el templo de Esnech), en Edfú y en Kom-Ombos (el templo mayor y el templo de Kalabcheh) (Doménech, 1886, 454-461). También, se habla de los templos del Imperio moderno o nuevo, edificados en Nubia y Etiopía, en Napata (actual Gebel-Barkal) y en Naga (Doménech, 1886, 450-454). En una magnífica ilustración, se reproducen las ruinas del gran templo de Karnak, en Tebas (Doménech, 1886, 429).

 

En un capítulo menos extenso, se trata, también, la arquitectura civil egipcia, haciendo referencia a sus casas y palacios, y obras públicas (Doménech, 1886, 462-490).

 

Finalmente, el tercer apartado del primer tomo de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón se dedica a la arquitectura caldea y asiria, centrándose en la arquitectura religiosa y en la arquitectura civil asirias.

 

En cuanto a la arquitectura religiosa asiria, se hace referencia a ruinas de templos, torres escalonadas, templos de los más diversos tipos, altares o aras, estelas funerarias, bajorrelieves, obeliscos y mojones (Doménech, 1886, 645-675). En seis grabados, se reproducen el estado de la Torre escalonada de Khorsabad, o Zigurat, según Thomas (Doménech, 1886, 649); el Templo en un parque real, tomado de un bajorrelieve de Kuyundjik, del British Museum (Doménech, 1886, 663); un altar en mármol y una estela de Asshurnazirpal, hallados en Nimrud, del British Museum (Doménech, 1886, 665); un mojón llamado Caillou Michaux, con altares figurados en su parte superior, del Museo del Louvre (Doménech, 1886, 667); y, una estela del rey babilonio Merodach-Idin-Akhi, del British Museum (Doménech, 1886, 671). 

 

Por lo que se refiere a la arquitectura civil asiria, en la obra, se estudian las casas, palacios y restos de palacios en las ciudades de Warka, Tello, Mugheir, Abu-Sharein, Babilonia, Calach (Nimrud), Nínive (Kuyundjik), Ur, Huruk, Hillah y Sargón, con sus famosas puertas y muralla (Doménech, 1886, 675-725). En dos grabados, se reproducen la planta de las ruinas del palacio de Sargón en Khorsabad, según las excavaciones y planos de Botta, Place y Thomas; y un león de bronce, sirviendo de argolla de amarre, hallado en el palacio de Sargón, del British Museum (Doménech, 1886, 684 y 690).

 

Al escribir este primer tomo de la Historia general del Arte de la Editorial Montaner y Simón, Luis Doménech y Montaner era catedrático de la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona. Luis Doménech y Montener (Barcelona, 21.XII.1850 – 27.XII.1923) estudió arquitectura en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona y en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, donde obtuvo el título de arquitecto en el año 1873. Al año siguiente, en 1874, en colaboración con el arquitecto José Vilaseca, consiguió el primer premio en el concurso celebrado para la construcción del monumento fúnebre dedicado al músico y poeta José Anselmo Clavé, en Barcelona. En 1888, Luis Doménech participó, como arquitecto, en la Exposición Universal de Barcelona, construyendo, entre otros, un café-restaurante, edificio que serviría para albergar, tras la celebración de la citada Exposición Universal, a la Escuela Municipal de Música de Barcelona, por lo que pasó a denominarse Palacio de la Música de Cataluña. Durante la citada Exposición Universal de Barcelona de 1888, Luis Doménech llegó a hacerse cargo, incluso, de la decoración de las habitaciones destinadas al alojamiento de S.M. la Reina regente, María Cristina de Habsburgo-Lorena, en el Palacio municipal.

 

Además de las edificaciones que llevó a cabo durante la Exposición Universal de 1888, las principales construcciones, en Barcelona, de Luis Doménech son las siguientes:

 

· El Hospital de San Pablo.

 

· La Casa Lleó y Morera, en el Paseo de Gracia.

 

Además, Luis Doménech edificó el manicomio de Reus (Tarragona).

 

Desde el año 1875, Luis Doménech fue profesor de la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona, de la que llegó a ser director desde el año 1901. Además, fue académico correspondiente en Barcelona de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y llegó a ser presidente del Ateneo de Barcelona en los años 1898, 1911 y 1913. 

 
 
 

Además del primer tomo de la Historia general del Arte de la Editorial Montaner y Simón (Barcelona, 1886), Luis Doménech publicó las siguentes obras: Cartas de Armando Palacio Valdés a Luis Doménech (manuscrito), Acústica aplicada a la arquitectura (Barcelona, s.e., s.f.), Iluminación solar de los edificios (Barcelona, s.e., 1877) e Indicador general de Valencia (Valencia, Imprenta de F. Doménech, 1895). Además, fundó y dirigió la biblioteca de Arte y Letras de Barcelona.

 

Miembro del partido Lliga catalana, Luis Doménech participó, en 1892, en la asamblea que redactó las Bases de Manresa. Además, durante dos legislaturas, del 5 de junio de 1901 al 27 de marzo de 1903 y del 18 de mayo de 1903 al 17 de agosto de 1905, Luis Doménech fue diputado de la Lliga por la circunscripción electoral de Barcelona (a.c.d., Serie Documentación electoral, 115, nº 8 y 117, nº 8). El arquitecto Luis Doménech falleció en su ciudad natal, Barcelona, el 27 de diciembre de 1923.

 

El segundo tomo de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón, publicado en 1901 y dedicado, también, a la arquitectura, fue escrito por el arquitecto José Puig y Cadafalch.

 

Este segundo tomo de la Historia general del Arte, se divide en quince extensos capítulos, dedicados a: Fenicia y sus colonias; la arquitectura de Judea; los restos arqueológicos de la civilización hetea; los nuraghes, talayots y templos de Malta y el Gozzo; los restos arqueológicos de las civilizaciones de Asia Menor anteriores a Grecia; la arquitectura persa; la arquitectura griega; la arquitectura etrusca, la arquitectura romana; la arquitetura latina en Occidente; las arquitecturas cristianas orientales; las arquitecturas musulmanas; la arquitectura románica; la arquitectura gótica; y, el Renacimiento y las modernas escuelas de arquitectura.

 

De entre las numerosas ilustraciones, láminas y grabados que se reproducen en este segundo tomo de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón, destacan los siguientes: el teatro de Bacchus, en Atenas (Puig, 1901, 310); el arco de Adriano y los restos del templo de Júpiter, en Atenas (Puig, 1901, 418); una panorámica de Pompeya (Puig, 1901, 430); el anfiteatro de Pompeya (Puig, 1901, 442); el interior de la iglesia de Santa Sofía, en Constantinopla (Puig, 1901, 482); el interior de la iglesia de San Vital, en Rávena (Puig, 1901, 500); la pintura sobre cuero de la bóveda encamonada central de la Sala del Tribunal de la Alhambra de Granada (Puig, 1901, 576); las tumbas de los califas, en El Cairo (Puig, 1901, 590); la catedral de Burgos (Puig, 1901, 812); el patio del palacio de la Potestad, del siglo XIV, en Florencia (Puig, 1901, 886); y, el patio del palacio Vecchio de Florencia (Puig, 1901, 882).

 

El segundo tomo de la Historia general del Arte de la Editorial Montaner y Simón, fue escrito por el arquitecto José Puig y Cadafalch. José Puig y Cadafalch [Mataró (Barcelona), 15.X.1869 – Barcelona, 23.XII.1956] estudió Ciencias Físicas en la Universidad de Barcelona, especialidad de la que llegó a ser doctor por la Universidad Central de Madrid en 1888. Así mismo, en el año 1891, obtuvo el título de arquitecto por la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona. Arquitecto municipal de Mataró, desde el año 1893, José Puig y Cadafalch realizó las siguientes obras en su ciudad natal: el edificio para el Museo Arqueológico; el edificio para la Escuela de Artes y Oficios; la casa Coll y Regás; la casa de los Garí, de estilo neogótico; la restauración del salón de sesiones del Ayuntamiento; y, finalmente, cabe destacar, el proyecto y ejecución parcial de la red de tuberías de la ciudad. Abandonando su puesto de arquitecto municipal de Mataró, José Puig y Cadafalch desarrolló su trayectoria, como arquitecto profesional independiente, en la ciudad de Barcelona, donde llevó a cabo las siguientes señaladas construcciones: el edificio de los Quatre Gats, en la calle Montesión; la casa Amatller, en el paseo de Gracia; la casa Macaya, en el paseo de San Juan; la casa de las hermanas Terradas, en la Gran Vía Diagonal; la casa de Triuxet, en la calle Córcega; y, la casa de Serra, en la Rambla de Cataluña. Además, realizó otras obras arquitectónicas, en Cataluña. Son las siguientes: en los picos de Montserrat, erigió un gran Crucifijo, monumento que representa el quinto misterio, junto a un retablo de azulejos, cerrado por una valiosa reja, que represeta el tercer misterio; el quiosco de la casa Bosch en la estación de ferrocarril de Badalona; el castillo señorial del barón de Quadras, construido en Hostalrich; la decoración de la joyería Maciá, en Barcelona; y, unas grandes bodegas, para la conservación del cava Codorniú.             

 

José Puig y Cadafalch llegó a ser catedrático de hidráulica y resistencia de materiales de la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona, y fue presidente de la Junta de Museos de Barcelona y vicepresidente del Instituto de Estudios Catalanes, del cual presidió la sección de Historia y Arqueología, desde su fundación. 

 

Además del segundo tomo de la Historia general del Arte de la Editorial Montaner y Simón (Barcelona, 1901), José Puig y Cadafalch publicó las siguentes obras: Notes arquitectòniques sobre les esglèsies de Sant Pere de Terrassa (Barcelona, 1889); en colaboración con Casimiro Brugués, su Estudi d’arquelogía arquitectónica sobre el sepulcre romà de Fabara (Barcelona, 1892); el artículo “Les influences lombardes en Catalogne”, presentado al LXXIII Congrès archéologique de France (Caen, 1908); su importantísima obra L’Arquitectura románica a Catalunya, en tres volúmenes, publicada en Barcelona, por el Instituto de Estudios Catalanes, entre 1909 y 1924 (existen dos ediciones facsímiles de los años 1983 y 2001, publicadas por el Instituto de Estudios Catalanes de Barcelona); El Palau de la Diputació General de Catalunya (Barcelona, 1911); el artículo “La casa catalana”, presentado al Congreso de Historia de la Corona de Aragón (Barcelona, 1913); en colaboración con Pedro Pujol, su Santa María de la Seu de Urgel (Barcelona, 1918), basada en las obras de restauración que llevó a cabo en el citado templo; Le premier art roman (París, Henri Laurens, 1920); La seu visigótica d’Egara (Barcelona, Instituto de Estudios Catalanes, 1935); La Geographie et les Origines du Primier Art Roman (París, Henri Laurens, 1935); Els banys de Girona (Barcelona, Instituto de Estudios Catalanes. Imprenta de la Casa de la Caridad, 1936); La basílica de Tarragona. Periodes paleocristia i visigótic (Barcelona, Instituto de Estudios Catalanes, 1936); y, L’escultura románica a Catalunya (Barcelona, Alpha, 1952).   

 

L’Arquitectura románica a Catalunya de José Puig y Cadafalch, como ya se ha comentado, es una obra que consta de tres volúmenes. En el primer volumen, se rastrean los orígenes de la arquitectura paleocristiana y románica en Cataluña; el segundo volumen se dedica al estudio de la arquitectura románica de los siglos IX y X; y, finalmente, el tercer volumen se dedica al estudio del románico de los siglos XII y XIII. La mayoría de los monumentos estudiados, en esta obra, eran inéditos, no habiendo, por tanto, investigaciones anteriores sobre los mismos. Con esta obra, L’Arquitectura románica a Catalunya, José Puig y Cadafalch fue distinguido con premio Martorell del año 1909 y con el premio Raul Dusseigneur de la Academia de Inscripciones y Bellas Artes de París. 

 

En 1902, José Puis y Cadafalch fue elegido concejal de la ciudad de Barcelona, llevando a cabo el saneamiento del suelo y del subsuelo de la ciudad condal. Miembro del partido Solidaridad Catalana, durante la legislatura 1907-1910, del 29 de abril de 1907 al 14 de abril de 1910, fue diputado de Solidaridad Catalana por la circunscripción electoral de Barcelona (a.c.d. Serie Documentación electoral, 121, nº 8). El arquitecto José Puig y Cadafalch falleció en Barcelona, el 23 de diciembre de 1956.        

 

El tercer tomo de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón, publicado en 1901 y está dedicado, también, a la arquitectura, en este caso, mediante un conjunto de láminas, en las que se recopilan las principales construcciones de la historia general de la arquitectura, recopilación realizada, conjuntamente, por Luis Doménech, catedrático de la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona, y el arquitecto José Puig y Cadafalch.

 

El cuarto tomo de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón, publicado en 1895, dedicado a la historia de la pintura y de la escultura, en el que se proporcionan noticias biográficas de los artistas más importantes desde la Antigüedad hasta el siglo XIX, e ilustrado con 1.157 grabados, fue escrito por Joaquín Fontanals del Castillo. Joaquín Fontanals del Castillo (Barcelona, 1842–1894), académico numerario de la Academia de Bellas Artes de Barcelona y académico correspondiente en Barcelona de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, además de miembro de la Comisión de Monumentos de la ciudad de Barcelona, fue un crítico de arte que colaboró en La Ilustración Española y Americana de Madrid y el Diario de Barcelona. Además, fue autor de la obra El pintor Viladomal, su estilo y su época (Barcelona, 1885) y de diversos estudios sobre Fortuny, Rosales, Madrazo, Haes y Vicente López.    

 

El quinto tomo de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón, publicado en 1897, dedicado a la ornamentación, al estudio analítico de los elementos que la integran y al estudio sintético de sus diferentes evoluciones a través de los más importantes estilos, fue escrito por Federico Cajal y Pueyo, catedrático de Artes Industriales y director de la Escuela de Artes y Oficios de San Martín de Provensals (en la actualidad, anexionado como un distrito a la ciudad de Barcelona). Este tomo, el quinto, de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón, tiene ciento cuarenta y cuatro páginas de texto, texto en el que se intercalan numerosos grabados, y está ilustrado y contiene ciento quince láminas, láminas que reproducen una gran cantidad de figuras.     

 

El quinto tomo de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón, dedicado, como ya se ha comentado, a la ornamentación, se divide en dos grandes apartados: la parte teórica, en la que se tratan los fundamentos de la ornamentación, en dibujo, pintura y composición, y la parte histórica, que, a su vez, se divide en cinco apartados (los estilos primarios, los estilos clásicos, los estilos medievales, los estilos modernos y los estilos orientales) y quince capítulos, relacionados con los cinco apartados y estilos citados (ornamentación de objetos de las tribus salvajes de Oceanía, Egipto, Babilonia y Asiria, Persia, La India, Grecia, Roma, ornamentación cristiana medieval, Bizancio, ornamentación ojival o gótica, ornamentación árabe, el Renacimiento, los siglos XVII y XVIII, China y Japón).

 
 
 

El segundo capítulo del tomo quinto de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón se dedica a la ornamentación en Egipto, concretamente, al estudio de las pinturas en ataudes de momia y a los adornos en sarcófagos de madera, ataudes y sarcófagos del Louvre y del British Museum (Cajal, 1897, 29-38)

 

El sexto capítulo se dedica a la ornamentación en la Grecia clásica, concretamente, al estudio de la ornamentación en la cerámica, en las esculturas y en las estructuras arquitectónicas. Sin embargo, por el número de objetos reproducidos mediante grabado, cincuenta y siete en total, destaca el estudio que se realiza de la ornamentación en vasos griegos y etruscos, depositados en el Louvre y el British Museum (Cajal, 1897, 55-64). 

 

El séptimo capítulo se dedica a la ornamentación en la época romana, concretamente, al estudio de la ornamentación en bronces (lámparas, candelabros, bisellium o sillas de honor para los magistrados, trípodes como el de Herculano y pequeñas máscaras), mosaicos pompeyanos, pinturas murales y bajorrelieves, todos ellos, procedentes de Pompeya y conservados en el Museo de Nápoles (Cajal, 1897, 65-74).

 

El décimo capítulo se dedica a la ornamentación en el arte gótico, centrándose en la ornamentación de vidrios (pintura en cristal o vidrio), mosaicos de madera, esculturas (pintadas o esmaltadas), estructuras arquitectónicas (pinturas murales y de techos), iluminación de manuscritos, tejidos y bordados. Destaca el pormenorizado estudio que se realiza de la ornamentación y decoración de la catedral de Colonia, paradigma de la arquitectura gótica, de la que se reproducen, mediante ilustraciones, los siguientes motivos ornamentales: una hoja trepadora; adornos de moldura de arco; sus canalones; la estatua de San Simón, ubicada en el coro de la catedral; el dibujo de las ropas de una estatua de la catedral; y la ornamentación en esmalte del relicario de los tres Santos Reyes, del siglo XIII, existente en la catedral (Cajal, 1897, 93-102).   

 

El undécimo capítulo se dedica a la ornamentación musulmana, aunque, también, se dedican muchas ilustraciones y láminas a los denominados arte persa (cuya ornamentación recibe la influencia del arte musulmán), arte turco y arte árabe-morisco. El arte musulmán se centra en la ornamentación de esculturas, mosaicos, libros iluminados (fundamentalmente, El Corán, en ediciones de los siglos XIV, XVI, XVII y XVIII), tejidos y bordados. Aunque en las páginas dedicadas al arte musulmán, se hace referencia y se reproducen, mediante ilustraciones, diversas esculturas monumentales que decoran las mezquitas de En-Nasiriyé, Kalaún, El-Barcuquiyé, Kabein, Bordeyny y Tulún, estas dos últimas en El Cairo, sobresale el estudio que se dedica a la Alhambra de Granada, monumento paradigmático del arte musulmán. En doce figuras, se reproducen, mediante grabados, diversos adornos de la Alhambra de Granada, en la Sala de Embajadores, el Patio de la Mezquita y el Patio de los Leones. También, en dos láminas, se reproducen trozos de lienzos de pared revestidos de azulejos barnizados de la Alhambra, así como varias policromías, en la decoración mural y en un nicho, de la Alhambra de Granada. Por lo que respecta al denominado arte turco, hay que destacar el rosetón central y los ornamentos que decoran la cúpula de la mezquita de Solimán I en Estambul y los azulejos de los sepulcros del sultán Mahometo I y del sultán Amurates I en la gran mezquita de Oli-Dchama, en Brusa (Cajal, 1897, 102-112).

 

El capítulo duodécimo se dedica a la ornamentación en el Renacimiento, distinguiéndose el Renacimiento italiano, del Renacimiento francés y del Renacimiento alemán, que son los tres estudiados. En la parte dedicada a la ornamentación en el Renacimiento italiano, se estudian los ornamentos de mármol (incrustaciones) y bronce, la ornamentación esgrafiada, la pintura mural aplicada a fachadas y la pintura de techos, la ilustración de manuscritos, los embutidos, los bordados y las alfombras tejidas (tapices, terciopelos, sederías y alfombras del Museo de Antigüedades Nacionales de Sttutgart), las labores de encaje (encajes venecianos) y los azulejos de loza. La ornamentación esgrafiada se estudia a través de las casas de la ciudad de Roma que la presentan, representadas mediante ilustraciones en la obra: la casa número 82 de la Via Giulia; la casa número 148 de la Via dei Coronari; la casa número 31 y 32 de Vicolo Calabraga; la casa número 27, Vigna alla via Porta San Sebastiano; y la casa número 4, Borgo al vicolo del Campanite. En cuanto a la pintura mural y de techos, destacan los detalles de las galerías de Rafael en el Vaticano, reproducidos, en la obra, mediante ilustraciones. En la parte dedicada a la ornamentación en el Renacimiento francés, se estudian los adornos tipográficos, la pintura mural y de techos (en el castillo de Blois), la escultura polícroma, los ornamentos de piedra y madera (marcos de ventanas, chimeneas, etc.), tejidos, bordados y tapices (tapices de los Gobelinos, en el castillo de Blois, del tiempo del rey Francisco I), pintura de esmalte sobre metal, pintura sobre loza e incrustaciones de metal (el esmalte de Limoges), y, finalmente, la joyería esmaltada, del gran maestro de mediados del siglo XVI Benvenuto Cellini, conservada en la galería de Apolo del Museo del Louvre. Finalmente, en la parte dedicada a la ornamentación en el Renacimiento alemán, se estudian la ornamentación en piedra, la pintura mural y de techos, los metales preciosos esmaltados, la metalistería (armaduras de lujo, de los reyes de Francia, reproducidas por medio del grabado al aguafuerte, el cincel y el repujado a martillo), bordados (del Museo Nacional de Munich), y adornos tipográficos, entre los cuales destaca la orla del Devocionario del emperador Carlos V, debida a Alberto Durero (Cajal, 1897, 113-120).

 

El capítulo decimotercero se dedica al estudio de la ornamentación en los siglos XVII y XVIII, referida a bordados, galones y otros tejidos, pinturas murales y de techo (hecha con estuco, cuero prensado y pintura) y adornos en esculturas. Muchos de los objetos, que aparecen representados, pertenecen al Museo de Antigüedades Nacionales de Stuttgart y se clasifican, al gusto francés, por estilos: estilo Luis XIV, estilo Luis XV o rococo, y estilo Luis XVI o del siglo XVIII (Cajal, 1897, 121-124)

 

El capítulo decimocuarto se dedica al estudio de la ornamentación en el arte chino, más exactamente, al estudio de la colección de vasos chinos pintados existente en el Museo de South Kensington de Londres, que se reproducen en catorce láminas (Cajal, 1897, 125-132).

 

Finalmente, el capítulo decimoquinto se dedica al estudio de la ornamentación en el arte japonés, basándose en la colección de dibujos del Sr. Passos, en la colección del profesor Bealz (establecido en Tokio) y de los objetos japoneses presentados a la Exposición Internacional de Objetos de metales preciosos y aleaciones de Nuremberg de 1885. Así, se estudian la laca y la pintura sobre laca, el tejido japonés, los esmaltes (platos y jarrones esmaltados con dibujos), y la porcelana japonesa decorada con pintura (las lozas de Satsuma) (Cajal, 1897, 133-138).     

 

Los tomos sexto y séptimo de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón, publicados en 1893, están dedicados a la historia del traje, comprendiendo, además, armas, joyas y otros adornos para los vestidos, de los pueblos antiguos y modernos, ilustrados con doscientas cuarenta láminas al cromo y numerosos grabados cada uno, y fueron escritos por Friedrich Hottenroth. Friedrich Hottenroth (Johannisberg, 06.II.1840 – Frankfort del Meno, 26.V.1917) fue un pintor, litógrafo e investigador del traje alemán. De 1873 a 1877, trabajó, como ilustrador, para Wilheim Zimmermann, y su Historia ilustrada del pueblo alemán. Después, de 1879 a 1902, trabajó en su Manual del traje en Alemania, en el que realiza un exhaustivo estudio de los trajes típicos de Alemania.

 

Finalmente, el octavo tomo de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón, publicado en 1897, dedicado a la historia del mueble, al tejido, al bordado y al tapiz, a la metalistería, la cerámica y los vidrios, fue escrito por Antonio García Llansó, conservador del Museo Municipal de Barcelona, y Francisco Miquel y Badía, coleccionista privado, especialista en los temas que se tratan en la obra, y cuya colección privada se reproduce y estudia en la misma. Francisco Miquel y Badía se ocupó de escribir la parte dedicada a la historia del mueble, tejidos, bordados y tapices, miemtras que Antonio García Llansó escribió la parte dedicada a metalistería, cerámica y vidrios. El octavo tomo de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón, como los tomos anteriores, aparece ilustrado con innumerables grabados impresos, intercalados en el texto, en varios colores, y ochenta y siete láminas al cromo y la fototipia.

 

El octavo tomo de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón, publicado en 1897, se divide en siete grandes apartados: la historia del mueble, la historia del tejido, la historia del bordado, la historia del tapiz, metalistería, cerámica y vidrios.

 

 Francisco Miquel y Badía, uno de los dos autores del tomo octavo de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón, era coleccionista particular, privado, cuya colección estaba formada, principalmente, por telas y objetos metálicos (de hierro), cerámicos y vidrios.

 

Por su parte, Antonio García Llanso (Barcelona, 1854-1914) fue conservador del Museo Municipal de Barcelona y de la Biblioteca-Museo Balaguer de Villanueva y Geltrú. Licenciado en medicina por la Universidad Central de Madrid, desde 1870, fue profesor de fisiología, higiene e historia natural en la Institución Libre de Enseñanza.

 

Además, fue académico de la Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, académico correspondiente de la Academia de Arqueología Luliana de Palma de Mallorca y jurado en la Exposición Universal de Barcelona de 1888.          

 

Colaborador de La Ilustración, La Crónica de Cataluña, El Barcelonés y La Dinastía, dirigió, durante cuatro años, La Ilustración de la Mujer, fundó, en 1887, la Revista de Ferrocarriles y, desde 1890, fue redactor artístico de La Ilustración Artística.

 
 
 

Además de las partes dedicadas a metalistería, cerámica y vidrios del tomo octavo de la Historia general del Arte de la editorial Montaner y Simón, Antonio García Llanso publicó las siguientes obras: La primera Exposición Universal Española (Barcelona, Imprenta de Luis Tasso Serra, 1888); Una visita al Museo-Biblioteca Balaguer de Villanueva y Geltrú (Barcelona, Imprenta de Jaime Jesús y Roviralta, 1893); Armas y Armaduras (Barcelona, Tipolitografía de Luis Cano, 1895, obra ilustrada con 161 dibujos); El Museo-Biblioteca de Ultramar (Barcelona, Tipolitografía de Luis Tasso, 1897); Historia de la mujer contemporánea (Barcelona, Hijas de Jaime Jepiús, 1899); Manual de la propiedad intelectual (Barcelona, Luis Tasso, 1901); Dai Nipon o El Japón (Barcelona, Sucesores de Manuel Soler, 1903-1910); Numismática de los países del Extremo Oriente (Barcelona, Salvat, s.f.); y, Artistas lírico-dramáticas. Bosquejos biográficos (1915). Antonio García Llanso falleció en Barcelona en el año 1914.

 
 

Archivo del Congreso de los Diputados (ACD)., Serie Documentación electoral.

 

La Ilustración Artística, nº 167. Barcelona, Montaner y Simón, 1885; y ss (nº 198).

 

Cajal y Pueyo, Federico., Historia general del Arte. Tomo V. Barcelona, Montaner y Simón, 1897.

Doménech y Montaner, Luis (dir.), Historia general del Arte. Tomo I. Arquitectura. Barcelona, Montaner y Simón, 1886.

Doménech y Montaner, Luis.; Puig y Cadafalch, José., Historia general del Arte. Tomo III. Barcelona, Montaner y Simón, 1901.

García Llansó, Antonio.; Miquel y Badía, Francisco. Historia general del Arte. Tomo VIII. Barcelona, Montaner y Simón, 1897. 

 

Fontanals del Castillo, joaquín., Historia general del Arte. Tomo IV. Barcelona, Montaner y Simón, 1895.

Hottenroth, Federico., Historia general del Arte. Tomos VI y VII. Barcelona, Montaner y Simón, 1893.

Puig y Cadafalch, José., Historia general del Arte. Tomo II. Arquitectura. Barcelona, Montaner y Simón, 1901.

José Tomás VELASCO SÁNCHEZ
Estudiante de Tercer Ciclo del Dpto. Historia del Arte de la Univ. de Zaragoza

Fecha de Entrega: 15/10/2010
Fecha de Admisión: 30/10/2010


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