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Recepción y restauración de una arquitectura emblemática
Reseña del libro de Mª Pilar García Cuetos, La construcción de una imagen. El prerrománico asturiano entre 1844 y 1936, editado por la Fundación José Cardín Fernández (2021)
La arquitectura medieval que ha llegado hasta nuestros días presenta una imagen que es el resultado de múltiples transformaciones a lo largo del tiempo. Las fotografías históricas dan buena muestra de ello y se convierten en una herramienta clave para poder interpretar los cambios experimentados por los edificios históricos en este proceso. El libro de la profesora María Pilar García Cuetos, Catedrática del Departamento de Historia del Arte y Musicología de la Universidad de Oviedo, parte precisamente de esta premisa: el análisis del proceso de construcción de la imagen de la arquitectura prerrománica asturiana en un período acotado que va desde 1844, el comienzo de la tutela patrimonial en España con la creación de las Comisiones Provinciales de Monumentos, hasta 1936, estallido de la guerra civil española; y es una excelente muestra de cómo una investigación histórica rigurosa debe utilizar estas imágenes para poder establecer una crítica de autenticidad científica de los monumentos. Un conocimiento nada desdeñable, al contrario, útil y relevante que pone de manifiesto los esfuerzos realizados por generaciones de artistas, eruditos, arquitectos, restauradores y amantes del patrimonio artístico, en pro de la conservación de estos singulares edificios. La autora lleva estudiando estos temas desde hace décadas, puesto que en 1999 publicó ya un libro premonitorio, El Prerrománico asturiano (1844-1976). Historia de la Arquitectura y Restauración, que marcó un hito en la investigación sobre la arquitectura medieval sentando las bases de un método de análisis diferente centrado en el estudio de la restauración como un fenómeno cultural manifestación de las preocupaciones de una época. Este planteamiento pone de manifiesto el carácter emblemático de esta arquitectura, reconocido ya en el siglo XVIII por el ilustrado Jovellanos, y determina su conservación desde el primer momento en el que se pone en marcha el proceso de patrimonialización de este conjunto de edificios históricos iniciado a mediados del siglo XIX, que culminaría en la declaración de la arquitectura prerrománica asturiana como Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1985. Precisamente la relevancia de esta arquitectura para la identidad de la sociedad asturiana fue la que impulsó desde mediados del siglo XIX la recuperación del estado original hipotético de estos edificios en numerosas publicaciones como la serie Monumentos Arquitectónicos de España, mucho antes de ser llevado a la práctica en las intervenciones que se irían produciendo en los mismos desde mediados del siglo XIX. García Cuetos profundiza en esta notable circunstancia, que se aprecia en restauraciones contemporáneas españolas: la historiografía artística romántica creó un caldo de cultivo que alentaba las intervenciones de recuperación (o invención, cuando no quedaban elementos suficientes) del edificio original. Las hipótesis en torno al posible estado original de Santa Cristina de Lena y Santa María del Naranco son evidencia fidedigna de esta situación. En su estudio, a partir de las numerosas imágenes localizadas, la historiadora asturiana aplica el método de la crítica de autenticidad para determinar qué hay de original y qué de restaurado en un conjunto significativo de edificios que, además de su valor simbólico y social para los asturianos, tienen un extraordinario valor histórico artístico reconocido desde mediados del siglo XIX por artistas, historiadores, arqueólogos, eruditos, así como por los numerosos viajeros que acudieron a visitarlos. Para acometer su tarea, la investigadora no sólo ha consultado la documentación directamente relacionada con las intervenciones como son los proyectos de restauración y toda la documentación administrativa ligada a ellos, sino que ha manejado una extensa serie de imágenes, además de noticias de prensa y artículos de revistas de la época, incluyendo dibujos, grabados y fotografías. En particular, la cantidad de fotografías históricas existentes sobre estos monumentos localizadas en diversas instituciones nacionales (entre ellas la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Fototeca del Instituto de Patrimonio Cultural de España, el CSIC, el Archivo del Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña, la Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu y el Archivo del Centre Excursionista de Catalunya) e internacionales (Bildarchiv Foto Marburg, y la Universidad Montaigne Bordeaux), pone de manifiesto el atractivo que la misma ha suscitado desde hace tiempo, pero también el rigor en la investigación de la profesora García Cuetos, que ha aportado como colofón a su estudio, un singular recorrido fotográfico de sobresaliente valor documental y artístico por el prerrománico asturiano. Tanto fotógrafos y arquitectos nacionales (Juan Bautista Lázaro, Alejandro Ferrant, Fortunato de Selgas, Pelai Mas, Gustavo Fernández Balbuena, Aurelio de Colmenares, entre otros), como extranjeros (Charles Clifford, Jean Laurent, Jean-Auguste Brutails, Arthur Byrne, Richard Hamann, Otto Wunderlich, Lucien Roisin Bernard, Edith H. Lobwer y Georgiana Goddar King), tomaron imágenes durante años de estos edificios, dejando como testimonio una vasta serie de fotografías que son hoy documentos clave para entender su proceso de transformación hasta llegar al presente. Algunas de estas imágenes registran incluso el mismo momento de ‘liberación’ de la arquitectura histórica (por ejemplo, las fotografías tomadas por Richard Hamann en 1932 durante el proceso de restauración del interior de Santa María del Naranco), permitiendo al espectador asomarse a una ventana histórica inédita hasta el momento. Además, este libro da a conocer extraordinarios dibujos arquitectónicos como los de Santa Cristina de Lena realizados por Ricardo Velázquez Bosco, o los de San Miguel de Lillo de José María Avrial y Flores, de Roberto Frasinelli y de Jerónimo de la Gándara, todos ellos conservados en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, muestra del minucioso trabajo de los arquitectos del XIX, así como de su habilidad para plasmar visualmente la arquitectura histórica. De hecho algunos de estas láminas formarían parte de la conocida serie Monumentos Arquitectónicos de España. El libro se plantea el análisis de las restauraciones como un recorrido cronológico en cuatro capítulos desde el romanticismo hasta la llegada de criterios de intervención más modernos en el primer tercio del siglo XX, en el que la autora analiza las restauraciones de las obras clave del prerrománico asturiano, explicando las razones y criterios que llevan a la toma de decisiones como la sustitución de la cubierta de madera por una bóveda de piedra en Santa Cristina de Lena planteada por Juan Bautista Lázaro, el tratamiento ruinista de los muros con pintura mural en San Julián de los Prados de Fortunato de Selgas, o la moderna y conservadora actuación de Alejandro Ferrant en la Cámara Santa de Oviedo tras la explosión de 1934, poniéndolas en relación con la trayectoria profesional del arquitecto responsable del proyecto, el contexto legal y cultural que permite comprender estas intervenciones. Es una ardua tarea de exégesis que se basa en el profundo conocimiento de la profesora Pilar García Cuetos de la teoría e historia de la restauración arquitectónica, manifestado ya en sus numerosos trabajos precedentes, entre ellos los dedicados a figuras como Alejandro Ferrant (figura sobre la que publicó en 2007, una relevante monografía titulada Alejandro Ferrant y la conservación de la arquitectura monumental en España (1929-1939), o a la restauración de la arquitectura andalusí (hay que citar en este sentido su ensayo El lenguaje de las bellas construcciones. Recepción y restauración de la arquitectura andalusí, publicado en 2016). Entre otras cuestiones, el estudio pone de manifiesto la responsabilidad y el peso de la Comisión Provincial de Monumentos de Asturias, que no cejó en buscar el estado original de los monumentos, apoyando intervenciones que suponían la eliminación de añadidos históricos en los monumentos (sacristías, pórticos, campanarios, y ornamentación interior), pero que en su opinión debían ser eliminados, planteándose incluso la necesidad de reconstruir elementos desaparecidos. Los casos de San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco son especialmente significativos al respecto. La conservación de todos estos monumentos fue posible, es preciso subrayarlo, gracias al cuidado y atención de numerosos arquitectos e historiadores. Figuras tan importantes como Ricardo Velázquez Bosco o Juan Bautista Lázaro, responsables de la intervención en Santa Cristina de Lena, Alejandro Ferrant (que intervino en la Cámara Santa Oviedo y en San Pedro de Nora), Luis Menéndez Pidal (a quien se debe el estado actual de numerosos edificios entre ellos San Salvador de Priesca, Santa María del Naranco, la Cámara Santa de Oviedo y San Pedro de Nora), José Fernández Menéndez (responsable de la restauración de San Salvador de Valdediós), o Fortunato de Selgas (que impulsó una interesantísima intervención en San Julián de los Prados), son profesionales sin los que hubiera sido imposible conservar este legado patrimonial. La profesora García Cuetos estudia en profundidad todas estas actuaciones subrayando su originalidad y valor no sólo en el contexto nacional, sino internacional, completando de esta manera un importante capítulo en la historia de la restauración monumental en España. El estudio de la profesora García Cuetos no es sólo relevante en tanto que contribuye a un conocimiento científico veraz y riguroso de monumentos emblemáticos de la arquitectura asturiana, sino también porque nos acerca a la recepción y el aprecio que a lo largo del tiempo han experimentado, circunstancia que explica tanto la proliferación de imágenes en torno a ellos como la necesidad de restaurarlos que sintió la sociedad asturiana. Por otro lado, esta investigación contribuye a desmontar la historiografía artística, poniendo de manifiesto que lo que hasta el momento considerábamos arquitectura medieval, fijada en nuestra memoria visual como tal, es el producto de intervenciones acometidas hace poco más de cien años, por tanto nos obliga a reconsiderar el conocimiento construido a partir de estas imágenes, planteando la necesidad de revisar también nuestra disciplina, algo extremadamente útil y necesario en tanto que no podemos seguir aceptando como original el estado actual de edificios históricos que ahora sabemos responden a fases diferentes estratificadas, la medieval y la decimonónica. Es este un proceso de deconstrucción y reconstrucción de la historia del arte inevitable (a pesar de las reticencias que a veces suscita en nuestro mismo medio), que evidencia un cambio sustancial puesto que si antes nos fijábamos de manera restrictiva en el análisis del objeto o de su autor, desde hace algunas décadas los historiadores del arte nos ocupamos de la recepción y transmisión del mismo, así como de su transformación en un bien cultural, un cambio de paradigma sustancial que nos obliga a tener en cuenta otros elementos para poder reconstruir la cultura visual en la que insertar las obras de arte históricas a cuyo estudio nos enfrentamos. Por último, el libro se nutre del intenso afecto de la autora por esta arquitectura cercana a su trayectoria vital y profesional, que ha estudiado durante décadas, y tiene como objetivo final estimular el conocimiento y el aprecio colectivo hacia estos singulares edificios históricos, y, tras su lectura, puede decirse que sin duda lo logra. Alentar desde la pasión intelectual y el rigor científico la curiosidad y el cariño de las futuras generaciones es lo que mueve la tarea de la profesora Pilar García Cuetos, razón que ha impulsado el singular regalo científico y cultural que constituye esta obra, colofón de la espléndida trayectoria investigadora de su autora. Concluyo esta reseña con las propias palabras de Pilar García Cuetos en las conclusiones del libro: “Es necesario comprender para conocer, y conocer para querer y respetar ese legado que vinculamos a nuestra identidad colectiva. Acercar ese conocimiento, descubrir esa memoria de nuestros monumentos prerrománicos, es una forma de contribuir a garantizar ese acceso y ese disfrute.”
Ascensión HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
Catedrática de Conservación y Restauración del Patrimonio Artístico del Dpto. de Historia del Arte, Directora del Área de Artes del IPH, Universidad de Zaragoza. Miembro del grupo de investigación Vestigium Fecha de Entrega: 23/12/2022 Fecha de Admisión: 29/12/2022 << volver ![]() |
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